A finales de noviembre abrió sus puertas La Sanducherie en la calle Santa Teresa de Madrid, una sandwichería ‘de autor’ o internacional que se convierte en coctelería cuando llega la noche.
Los ‘sanduches’, término con el que se denomina en Latinoamérica a los bocadillos, son bocatas de gran tamaño que adaptan recetas populares de países de todo el mundo, como el ‘Cubano mi hermano’, basado en la receta de carne de cerdo mechada de La Habana, cocinada es tradición allí a fuego lento durante 6 horas, acompañada de lonchas de pavo natural, mostaza Dijon, pepinillos y queso Havarti. Se trata de un bocata de dos palmos de grosor con pan crujiente estilo ciabatta.
Los artífices de La Sanducherie son Luis Criscuolo, Alfredo Romero y Pablo Azpurua, tres amigos originarios de Venezuela que han unido su experiencia en el sector comercial y de la hostelería para poner en marcha este proyecto.
Su concepto de sandwichería trae así a Madrid los sabores más característicos de los puestos de comida callejeros de distintos países a través de bocadillos creativos, llenos de atrevidos y singulares sabores, que se presentan partidos en dos en un tamaño perfecto para compartir. Siempre llegan a la mesa acompañados de patatas fritas trufadas con una salsa especial de la casa.
Diseñado por el estudio de interiorismo La Casita de Margaux, el local quiere recordar a las hamburgueserías americanas de los años 60, con cierto toque ‘vintage’ aunque actualizado gracias a sus lámparas de estilo industrial y el papel multicolor de sus paredes.
La única sala de La Sanducherie se divide en dos ambientes: uno de mesas bajas para sentarse a comer tranquilamente en sofás mullidos y otro de mesas altas con taburetes que invita a una comida más informal que se puede prolongar con unas copas o uno de los cócteles que también se preparan en su barra.
