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La más joven cocinera española con estrella

Primero fue el Premio Nacional de Mejor Cocinero del Año 2008; en noviembre de 2009, la estrella Michelín; y luego el fichaje de la compañía de restauración en ruta Áreas, para asesorar a su establecimiento El Madroño en el Aeropuerto de Barajas.

Desde pequeña vivió metida en la cocina de su casa en el pueblo de Ardán-Marín (Pontevedra). Era el sitio de reunión, donde las mujeres se pasaban el día cocinando, ya fueran productos recién recogidos de la huerta, del mar o carne de los animales allí criados. De ahí también surgió el amor por el producto que caracteriza su cocina por encima de todo. “Hago una cocina de temporada, sencilla, limpia y con base tradicional. Con dos o tres productos, no hace falta más. No me gusta enmascarar sabores”,, cuenta la cocinera. Algo habrán tenido que ver a la hora de definir su estilo de cocina, sus primeros mentores: Marcelo Tejedor y Toñi Vicente con los que trabajó después de titularse como Técnico superior de restauración por la Escuela Carlos Oroza de Pontevedra, mientras compaginaba estudios y prácticas en restaurantes de la zona. Sotelo siempre pareció tener claro que “la escuela te da la base, pero realmente donde aprendes es en el restaurante, cuando sales de la escuela no estás preparada. No es el mundo real”.

La mayor dosis de realidad, sin duda, llegó cuando ella y el también cocinero Juan Manuel Crujieras, decidieron quedarse con el restaurante A Estación de Cambre. A partir de ese momento los acontecimientos positivos comenzaron a precipitarse.

El punto de inflexión
Empieza la racha al ser proclamada Cocinera del Año 2008 después de superar a siete chefs en la gran final del concurso. “Cuando di el paso de coger el restaurante, tenía ganas de que se notara que había un cambio en la dirección. Fue justo cuando surge el tema del concurso y el ganarlo repercute muy a mi favor. Empiezan a hablar de ti, del restaurante, me empezaron a ofrecer muchos trabajos…”. Así explica el efecto que en su carrera tuvo este reconocimiento. Pero la cosa no quedó ahí, pues en noviembre de 2009, con 28 años, se convierte en la chef más joven de España en conseguir la Estrella Michelín, lo que para ella significa “un gran reconocimiento, no sólo a mí, sino al restaurante, al buen hacer y al buen uso del producto”. Aunque existe un fuerte influjo gallego en su cocina y apuesta precisamente por los productos de proximidad, Sotelo tampoco se cierra a otras influencias.

A Estación sirve unas cincuenta comidas y otras tantas cenas a diario, y cierra los domingos noche y los lunes. El menú degustación que cambia cada dos o tres semanas cuesta unos 45 euros, un poco por encima de lo que se sitúa el precio medio de las comidas a la carta (40 euros). Cocinera y empresaria, Sotelo reconoce que este último aspecto de su labor en A Estación es el que más esfuerzo le supone. “Los temas de gestión me resultan complicados. Me apoyo en mi socio que lleva más tiempo que yo en esto. A veces me sucede incluso con una receta, que tengo en la cabeza, no tengo escandallada ni analizada a nivel técnico. Simplemente sé si es rentable o no casi por intuición. Hay muchas cosas que tengo flojas en este aspecto. Cuando cojo el ordenador, cosas que la gente hace en una hora, a mí me cuestan cinco, pero bueno, esto sirve como experiencia y vas aprendiendo poco a poco”.

Fichaje por una multinacional

Tras la estrella Michelín, Beatriz Sotelo, ha sido “fichada” por la compañía de restauración en ruta Áreas, para que asesore en materia gastronómica al restaurante de alta cocina creativa El Madroño, ubicado en la T4 del Aeropuerto de Barajas. El proyecto de Áreas es llevar a cocineros con estrella Michelín al aeropuerto, y antes de Sotelo, han comenzado a colaborar con la compañía los cocineros Carles Gaig en Barcelona (restaurante Puerta Gaig) y Dani García en Málaga (La Moraga). “Áreas detectó la demanda de este tipo de restaurante en aeropuertos, porque es un sitio donde puedes cerrar un acuerdo en un ambiente elegante”, asegura Sotelo, quien dice sentirse parte del proyecto y cada quince días aproximadamente viaja a Madrid para supervisar, dar formación a los cocineros de Áreas, etc… La chef ha creado un menú para El Madroño que se compone de cinco primeros, cinco segundos y cinco postres a elegir por un precio de treinta euros. “El restaurante A Estación no se va a trasladar a El Madroño, pero si que pretendemos trasladar la misma filosofía de producto de temporada, con lo mejor de cada zona, ya que es un punto neurálgico en el que habrá cocina de muchos estilos”, concluye.

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