De la mano del restaurador Roger Chen, el establecimiento apostará por una fusión de la cocina japonesa y china con propuestas consolidadas como el pato laqueado o el sushi, y combinaciones de las que nacen platos como los noodles con bogavante o el tartar de atún y tobikko negro, especialidades que conviven con más de 350 referencias de vino nacional e internacional. Todo ello con unos precios accesibles y con una gran relación calidad-precio.
La decoración ha estado a cargo del interiorista Nacho García de Vinuesa, de modo que el restaurante cuenta con piezas de alto valor histórico traídas de China entre las que destaca un milenario pórtico ubicado en la primera entrada del restaurante, un imponente busto de Mao o una amplia colección de leones de piedra de alto valor decorativo y artístico.
