Precisamente a ésta última la vimos recientemente en un evento celebrado por Schweppes, donde, radiante, armonizaba e incluso cocinaba con las nuevas tónicas de sabores de la marca. También estuvo presente en el Salón Gourmets, participando como jurado en el concurso de cortadores de jamón donde, por cierto, salió triunfadora otra mujer: Lourdes Corbacho.
Debido a su apellido, surge la tremenda cuestión de todo hijo de famoso… ¿Triunfa porque su padre es el gran chef Juan Mari Arzak o le supone un doble esfuerzo llegar a la talla de su progenitor? A Elena se la ve tranquila, a lo suyo. Lógicamente ha aprendido junto a su padre y continúa haciéndolo ¿qué mejor escuela y qué mejor hogar? En un documental recientemente estrenado en televisión podíamos ver cómo cada uno desarrolla, a partir de una misma idea, un plato diferente, y juntos, por consenso, acaban decidiendo cuál será la obra final.
Los antecesores de Elena siempre estuvieron ligados a la gastronomía. Sus bisabuelos fundaron el restaurante en 1897; y obviamente, la cosa no se quedó ahí. Por su parte, ella no sólo aprendió a cocinar, sino que aprendió idiomas, estudió hostelería y viajó por todo el mundo haciendo prácticas antes de volver al que fuera su nido. Los premios tampoco la han ignorado. Ganó el Gran Prix au Chef de L’Avenir en el año 2000 a la joven con más proyección de futuro y a mediados del pasado mes de abril, consiguió subirse al podio quedando como una de las tres finalistas en el prestigioso Premio Veuve Clicquot al Mejor Chef 2011. Sin embargo, el primer puesto fue ocupado por la francesa Ann-Sophie Pic.
En la actualidad, el restaurante Arzak es mucho más que un restaurante, es un centro de investigación, un laboratorio en constante evolución. Dispone de mil productos e ingredientes diferentes en un banco de sabores traídos de todo el mundo como el arroz verde de Vietnam o los limones secos de Irán. Al mismo tiempo, trabajan con los productos locales, los pescados del Cantábrico son grandes protagonistas de su cocina, potenciando su sabor y armonizando los platos con sensibilidad y originalidad.
La vida laboral y social de Elena Arzak se basa en un ir y venir constante: congresos, presentaciones, patrocinios, concursos. Sin embargo, sus estancias fuera de casa son muy cortas. Siempre regresa a Donosti para compartir su tiempo, el más preciado, con sus dos hijos.
JMaría Forcada
