Tras muchos años de vivos debates, la política de la UE y la del Gobierno español sobre Denominaciones de Origen está debidamente asentada, de forma que a nivel de lo que el profesor Martín Cerdeño denomina diferenciaciones de calidad” son autenticas estrategias para ensalzar la cualidad de alimentos y bebidas”.
El MARM ha editado en papel y on-line decenas de páginas para significar que es una DOP, una IGP y los VCPRD para los vinos e incluso existe también un reglamento para las bebidas espirituosas. En el contexto de esta publicación, nos interesa conocer que en España existen en la actualidad sobre 141 denominaciones, entre DOP e IGP, sin contar vinos y espirituosos. Aceite de oliva virgen y quesos son hegemónicos en cuanto al número de ellas, pero en valor o negocio hay que contar también con los productos cárnicos y los embutidos.
Los consumidores, siguiendo los datos que maneja el citado profesor a partir de los del MARM, se inclinan por productos con DO en materia de aceite de oliva (18,5%), arroz (17,7%), quesos (9,9%), jamones (8,7%) y condimentos y especies (8,5%).
Otra cosa sucede en los vinos, donde si en 1986 había una treintena, según los últimos datos cerrados ya suponían 73 denominaciones de calidad. Y es que el vino de DO representa casi un 30% del volumen consumido y un 55% del valor gastado en esa bebida. Cada ciudadano en España consumió en 2008 casi tres litros de vino con DO, en su mayor parte tinto, y gastó 11 euros en ellos.
JRN