La sostenida situación de crisis económica en nuestro país se ve reflejada en la búsqueda de nuevos mercados para la franquicia española. Según el estudio de la Asociación Española de Franquiciadores (AEF), ‘La franquicia española en el mundo’, del 2011, el número de enseñas españolas con presencia en otros países ha pasado de 234 a 242, con un avance porcentual del 3,4%. Los 112 países receptores tienen en la actualidad un total de 11.178 establecimientos de esta procedencia contra los 10.186 existentes en el año 2010. Esto significa un
 |
importante crecimiento, concretamente del 9,7% (Ver cuadro: Franquicias españolas en el mundo).
Los países de Europa occidental han sido hasta ahora el principal destino de la salida al exterior de las cadenas españolas, destacando Portugal que, por proximidad, es una de las principales plataformas de expansión. Fuera de Europa, donde hay más presencia es en países de América, mientras que todavía pocas operan en Asia y África. No obstante, en los últimos años la situación ha cambiado y España está lanzada a la conquista de nuevos y variados mercados (Ver cuadro: Comparativa franquicias 2010/2011).
China, en los últimos años, se ha convertido en diana de grandes grupos de restauración españoles, sobre todo del gigante Comess Group que, después de iniciativas puntuales, ha desembarcado en el negocio asiático, abriendo varios locales de su enseña Lizarran. Otro de los grandes de la restauración española, Eat Out Group, también apuesta por el desarrollo en países emergentes, sobre todo porque en ellos “se imponen nuevas tendencias de consumo, debido sobre todo a los cambios económicos, sociales y culturales que están experimentando actualmente”, aseguran miembros de la compañía. Además de China, las cadenas españolas están explorando nuevos mercados como el de Rusia o el de los Emiratos Árabes.
Rusia: el nuevo mercado emergente
El mercado ruso puede resultar especialmente idóneo para las cadenas de restauración españolas. En él, las empresas y productos españoles tienen un gran potencial de crecimiento. Además, Rusia tiene más de 140 millones de habitantes con un poder adquisitivo en alza, y posee la tercera mayor reserva de recursos naturales del mundo. También hay que tener en cuenta que Rusia será el país organizador del Mundial de Fútbol 2018, por lo que será interesante para muchas empresas ubicarse en el lugar antes de esa fecha.
Por otra parte, la adhesión de Rusia a la Organización Mundial del Comercio (OMC) a finales del 2011, aunque solicitada desde 1993 por la antigua república socialista, va a implicar importantes cambios para las empresas españolas que deseen hacer negocios en el país. Fundamentalmente, esta inclusión conllevará la disminución de aranceles y menos barreras a la hora de introducir productos allí.
El proceso de admisión en Rusia, el más largo de la historia de la OMC, acelerará el proceso para cerrar un nuevo acuerdo de asociación y cooperación con la Unión Europea que redefinirá las relaciones bilaterales. A partir de entonces, las empresas españolas tendrán menos barreras de entrada en este mercado, lo que mejorará la balanza comercial. Hasta septiembre de 2010, se han exportado a Rusia bienes y servicios por valor de 1.864 millones de euros. En lo que se refiere a la inversión neta, ésta fue de 42,2 millones de euros en 2010, según datos extraídos de la Oficina Económica de España en Moscú. Para lograr su entrada, Rusia ha tenido que llevar a cabo una serie de cambios y de reformas del régimen comercial y asumir compromisos para ajustarse a un sistema mundial del comercio abierto y transparente.
España, principal exportador al mercado ruso
Un rasgo fundamental a tener en cuenta acerca del consumidor ruso es que suele considerar que los alimentos y bebidas importados son de mejor calidad que los locales. El único factor que frena el consumo de los alimentos importados es el precio final, que suele ser como mínimo el doble
 |
que el valor de exportación. Las dificultades logísticas del país y las desfavorables condiciones del clima y del suelo, especialmente en las zonas próximas a Moscú y San Petersburgo, principales focos de población y consumo, son también dos factores clave que contribuyen a la apertura al exterior.
Siendo uno de los países más poblados del mundo, Rusia se ha consolidado como mercado prioritario para las empresas españolas de alimentación. Aunque el mercado tradicional de la industria alimentaria española es la Unión Europea, que concentra cerca del 70% de las exportaciones, Rusia ocupó en 2010 el décimo lugar como país receptor. Fuera de la UE, se sitúa como el segundo país al que más exporta la industria alimentaria española, detrás de Estados Unidos.
La buena marcha del sector en el mercado ruso ha supuesto, según datos del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX), un incremento de las exportaciones españolas de más del 25% en el período enero-noviembre de 2011, respecto a los mismos datos de 2010. Así, las ventas de productos agroalimentarios españoles hasta noviembre, rondaron los 650 millones de euros, mientras que en el mismo período de 2010, se situaron en 515 millones de euros.
Los productos hortofrutícolas encabezan el ranking de exportación con 188,49 millones de euros, un 64,9 % más que el año anterior, en este mismo periodo, seguido de las carnes con 175,4 millones de euros, con un crecimiento del 46,3%, las conservas hortofrutícolas que alcanzaron los 66,6 millones de euros, un 9,3% menos y los vinos, cuyas ventas en Rusia alcanzaron los 50,25 millones de euros, un 68,6% más.
Un mercado muy ‘español’
Rusia es de los cuatro países emergentes más importantes, los BRIC (Brasil, Rusia, India, China), el que ofrece un mercado más similar al español. Tiene un Producto Interior Bruto sin demasiadas diferencias al nuestro, pero sobre todo, con una importante clase media establecida en un mercado maduro.
Además, otro de los beneficios fundamentales que pueden encontrar las empresas de restauración españolas en Rusia es la facilidad para obtener materias primas propias españolas, y, en general productos de nuestro país. Como ya hemos indicado, Rusia es uno de nuestros socios comerciales más relevantes en cuanto a exportaciones.
Por otro lado, un gran número de productores de alimentos ya están instalados en el país. Es el caso de grandes marcas como Campofrío. Gallina Blanca, Sos Cuétara o Leche Pascual, entre otras. La última compañía de este tipo que ha apostado por el mercado ruso ha sido Grupo Fuertes. Junto con Grupo Cherkizovo, líder en la producción de procesamiento de carne en Rusia, ha creado una sociedad mixta para desarrollar un complejo cárnico integral para la producción de carne de pavo. Con una inversión de cien millones de euros, la iniciativa se desarrollará en la región rusa de Tambor, a partir del 2014. JSara de la Torre
