Según dicha especialista, este año se consumirá menos carne en relación a las frutas y verduras; los chefs de los restaurantes se preocuparán más por ofrecer platos sin sustancias como el gluten, evitando intolerancias alimentarias, así como atender mejor la demanda de los comensales infantiles.
Panes artesanos y con orígenes ancestrales como la focaccia y el lavosh se pondrán de moda, así como la búsqueda de sustitutos del aceite de oliva, pronunciándose ya algunos chefs por aceites como el de aguacate o la avellana y el uso progresivo de semillas de alto poder nutritivo como la conocida quinoa, el amaranto, o el mijo.