La marca Gorki figura inscrita en los anales de la historia de las tapas malagueñas. No en vano fue en 1992 cuando Gonzalo Ramírez, agricultor y olivarero, deja las explotaciones de Antequera para abrir un pequeño local en la calle Strachan de Málaga. Un local en el que se venden conservas de alta gama, productos delicatessen en una, como después se denominó, “casa de vinos malagueña”, en la que se sirven también tapas.
Pronto los Gorki se hicieron famosos y las aperturas fueron cayendo en distintas localidades, llegando incluso a Madrid franquiciando ya el concepto. Éste era idóneo para ubicarse en locales sin salida de humos. Sin embargo, el talento de Ramírez no le permitía atesorar tan sólo el cariñoso mote que la profesión hostelera le había puesto, el “abrelatas”, de modo que el directivo decidía abordar un plan de expansión y diversificación que le ha llevado -en la actualidad- a disponer de once locales que facturan anualmente cerca de seis millones de euros y da empleo a aproximadamente 170 trabajadores.
Estrategia del grupo
Con un portfolio de siete restaurantes (ver apoyo), la política de compras de Grupo Gorki recae sobre Ramirez y Canivell.
Primero se elabora el diseño de las cartas, cuyos platos se escandallan a partir de las fichas técnicas que se crean y que condiciona proveedores y cuantías de producto. Así pues las compras se singularizan por formato y concepto de restaurante, con poca tendencia a reducir número de proveedores –aunque ese asusnto comienza a tomar forma, después de decidir aplicar software de gestión que les posibilite tratar la información desde el pedido al ticket de venta. En este orden de consideraciones, los vinos son encargados a varios distribuidores, si bien se está trabajando en la centralización de pedidos.
En cuanto a marketing, la fidelización de clientes no precisa de mayores iniciativas que seguir cuidando la marca paraguas, debido a su fuerte notoriedad, consolidada el pasado año con la celebración del XX Aniversario de existencia, que llevó a un programa de iniciativas ciudadanas, como la del baile en la propia calle Strachan, de clientes y transeuntes.
En un abierto coloquio, Canivell y Ramirez respondieron de forma muy amplia a las preguntas de los proveedores asistentes, revelando que si bien en estos años, y tras el no muy buen funcionamiento de algunos franquiciados, hay una firme decisión de no moverse de la Costa del Sol, proyectos en ciernes verán la luz a partir del 2015. Y eso si mejora la situación a nivel nacional y local, pues les preocupa la ligereza con la que se permite el acceso a la hostelería: en Málaga se han abierto 500 locales en un año, con lo cual el nivel de profesionalidad y servicio puede resentirse.
Ambos directivos aún dispusieron de la ocasión, terminado el desayuno-reunión, de departir con alguno de los proveedores de forma individual, puesto que el interés por algunos de los productos y servicios, se puso de manifiesto allí mismo.
Una vez más los desayunos de trabajo de Restauración News provocaron un claro networking: esta vez al pie del Mediterráneo malagueño. JRN
