Además, entre otras particularidades, la masa tiene un grosor de en torno a 0,3 cm en el centro y 1 cm en el borde, al más puro estilo italiano, para otorgar importancia al ‘toping’, que aporta el verdadero sabor a la pizza. Por otra parte, su regeneración en horno se consigue en un tiempo muy rápido, de solo seis minutos.