La calle José Abascal de Madrid es el emplazamiento elegido para el nuevo espacio que mezcla cocina creativa con sesiones de música en vivo: La Picota.
Éste es un nuevo gastrobar que nace con la ambición de convertirse en una cita obligada para los foodies. Decorado por Ramón de Pilar como una galería de arte de los años ochenta, con sus celosías de madera roja que contrastan con el mármol negro del suelo y el blanco de las paredes, La Picota es un espacio sofisticado y minimalista donde los decibelios de la música electrónica se maridan a la perfección con las delicias diseñadas por uno de los chefs más prometedores de España.
Rafa Morales, discípulo de Ferran Adriá, galardonado con dos Estrellas Michelin, firma una carta moderna y urbana sin renunciar a los sabores de la huerta. El resultado es un picoteo de lujo donde los sabores de oriente se funden con la cocina mediterránea como en el caso de la Tempura de verduras con salsa de yogur y menta o el Tataki de solomillo de Ternera al ajillo.