El restaurante vasco Zeruko ha llegado a Barcelona. Un desembarco que llega avalado por el legado culinario del local madre, Zeruko, en Donosti, que representa la revolución gastronómica en torno al pintxo. Zeruko Barcelona mantiene la estela de San Sebastián y quiere trasmitir, a la vez, un concepto acorde con la ciudad que lo acoge, moderno, cosmopolita y vanguardista.
Así, la carta de Zeruko Barcelona incluye pintxos emblemáticos como el falso tomate, servido en una presentación fresca y divertida en la que pimiento, piparra y atún maridan sutilmente con mayonesa. El canelón de foie, premio al mejor pintxo del País Vasco en 2009 por el chef Juan Mari Arzak, es otro de los iconos de Zeruko muy reconocible por su corona de crujiente de queso Idiazábal bañado en cobre. La gilda, obligada, es un elogio a la esencia de Donosti: piparra, anchoíta y aceituna… en esférico.
El espacio creado para Zeruko Barcelona se encuentra en la antigua librería Ona, colindante a Paseo de Gracia y cercano al eje de ocio del centro de la ciudad de Barcelona. Ubicado en la Gran Vía de les Corts Catalanes 654 y firmado por Esteban Becerril, el proyecto arquitectónico se expresa en un espacio amplio, eminentemente diáfano, de superficies limpias y blancas. Ladrillo visto, pizarra, maderas claras y cálidas que simulan la base del Zeruko, la mar y la pesca que tantos años dieron de comer a la familia Calvo, conviven en una sala en la que se pueden tomar pintxos tanto en barra como compartidos alrededor de una mesa.