Con dos estrellas Michelin y un Premio Nacional de Gastronomía en su palmarés y al frente de un grupo de restauración con distintos conceptos –el gastronómico Dani García**, los restaurantes BiBo en Madrid y Marbella, el centro de I+D y espacio para eventos Atelier y un catering a la medida del cliente-, el cocinero Dani García ahora rinde homenaje a la cocina tradicional y eminentemente marinera que conoció en su infancia.
La oferta de Lobito de Mar, explica el cocinero malagueño, está construida en torno a sus recuerdos: “a aquellas mañanas de sábado en que iba con mis padres a comprar marisco fresco; a las madrugadas tirando del copo con mi padre y sus amigos en la playa del Pozuelo y a los primeros espetos que probé y que mi padre ensartaba y asaba con una pasión como nunca he visto a nadie cocinar”.
Por eso en la carta de Lobito de Mar no faltan los mariscos y moluscos como ostras francesas y bolos, conchas finas, coquinas malagueñas, chirlas, navajas, langostas y bogavantes vivos cocinados de distintas maneras: fritos, cocidos, a la plancha, o en arroz meloso. También hay crustáceos andaluces (gamba blanca de Málaga, quisquillas de Motril, langostinos de Sanlúcar…), pescados frescos del Mediterráneo y del Atlántico andaluz, frituras (flamenquín, boquerones, puntillitas, raya en adobo casero, jibia, etc), pescados grandes fritos aptos para celíacos (ya que las frituras son sin gluten), un apartado entero dedicado al atún con propuestas como tartar de descargamento de atún o canelón de atún de lomo blanco relleno de cola blanca y caviar de arenque y, por supuesto, espetos.
“Tengo una especial predilección por los espetos, no solo por ser todo un emblema de la cocina malagueña y una cocción autóctona y única en el mundo, sino porque he crecido con ese aroma a brasa de pescado y lo llevo tatuado a fuego en la piel”. En Lobito de Mar “lo cocinamos a la manera tradicional (en caña y vertical a la brasa de olivo) pero también sentimos la responsabilidad de darle un nuevo aire utilizando pescado pequeño y asándolo de manera horizontal”. Por ello habrá tanto espeto de sardinas tradicional como espeto horizontal de boquerones frescos, de salmonetes, de cigalitas, de langostino de Sanlúcar, de gamba roja e incluso de pescados grandes (besugos, lubinas, doradas, etc.) según la captura del día.
Pero si hay una especialidad que sobresale en Lobito de Mar son los arroces. “Mi padre no solo cocinaba espetos; recuerdo también el característico sabor de las paellas y arroces que hacía en leña en el campo”. Un sabor que el cocinero reproduce recorriendo, previamente, todas las zonas arroceras del país en busca de las mejores recetas e ingredientes de calidad y centrándose en tres tipos de cocciones: arroces cocinados en ramas de sarmiento, secos y melosos. Los arroces de Lobito de Mar son de estilo alicantino, cocinados a fuego muy fuerte en una superficie muy repartida y en ellas lo más importante es el arroz, su sabor y el caldo. “Añadimos diez veces más de caldo que el peso del arroz mientras que en el caso de las paellas secas se añade seis veces su caldo”.
La oferta de Lobito de Mar se completa con una carta de tapas andaluzas para tomar en barra, con una extensa bodega de más de 450 referencias y con una carta de coctelería muy enfocada a las sangrías, ideales para acompañar la cocina marinera y playera del restaurante.
Lobito de Mar está ubicado en plena Milla de Oro de Marbella, en el local de 800 metros que otrora ocupara el restaurante El Portalón. Decorado por el prestigioso estudio de Lázaro Rosa-Violán, en quien también confió para la decoración de BiBo Madrid, el establecimiento cuenta con una capacidad total de 200 personas distribuidas en una gran barra, una zona de comedor, una imponente terraza de 30 pax y un reservado para momentos más íntimos o grupos.