Por Clara Román
Para Carlos Ripoll las paellas son para disfrutarlas en familia y en la comodidad del hogar. Con esta idea en mente, en el año 2013 el empresario y experto arrocero de origen alicantino comenzó su negocio de paellas premium a domicilio, al que llamó CarlosArroces. En una época en la que el delivery no estaba tan de moda y apenas había oferta de paellas de lujo para disfrutar en casa, Carlos fue visionario y aprovechó un momento de catarsis personal para ponerse a cocinar y llevar la auténtica paella del Levante más allá de esta zona geográfica.
Pese a ser el germen de un negocio dedicado a la venta de arroces a domicilio, lo cierto es que Carlos Ripoll no había sido hasta ese instante cocinero de manera profesional. De hecho, el alicantino estudió ADE y durante mucho tiempo de su vida se dedicó al mundo de la construcción. Sin embargo, debido a la gran crisis del sector inmobiliario, el negocio familiar en el que trabajaba se fue al traste y Carlos se vio obligado a empezar de cero. “Yo sabía poner ladrillos y cocinar, así que me tuve que reciclar y me puse a cocinar paellas con motivación”, declara Carlos Ripoll acerca del momento en el que tomó la decisión de rehacer su vida y cambiar los ladrillos por los fogones. Fue también en este punto vital en el que el actual experto arrocero cambió la costa del Levante por la capital, trasladándose a Madrid, donde estaba seguro de que las paellas a domicilio tendrían buena acogida entre el público.
Un negocio con las bases bien claras y posibilidad de expansión
“Empecé atendiendo los pedidos yo solo los fines de semana. Iba produciendo para que la gente viniera a recogerlo inmediatamente recién hecho, tapado y caliente, para que lo degustasen en sus propias casas”, cuenta Carlos Ripoll acerca del origen del negocio, que comenzó en 2013. La idea siempre fue llevar arroces elaborados desde un prisma premium a los hogares de los clientes: “Nunca pensé en tener mesas de restauración, simplemente todo por encargo y para casa”.
Nada más abrir el negocio, el empresario se dio cuenta de la importancia de considerar CarlosArroces como una cadena de retail y no de restauración: “Para mí fue muy importante verlo como retail para entenderlo como un negocio escalable”. Y no cabe duda de que le ha funcionado, pues ha sido esta escalabilidad lo que ha permitido el crecimiento del negocio, que ha pasado de ser regentado únicamente por el propio Carlos Ripoll a convertirse en una cadena con 18 puntos de venta repartidos entre Madrid y Málaga. En este proceso de expansión la estrategia seguida por la cadena ha estado fundamentada en franquicias. “Nuestro sistema y la escalabilidad del negocio han facilitado el crecimiento por franquicias porque ya está todo montado: desde la formación, hasta el suministro de materia prima, el know-how, todo…”, confirma Carlos Ripoll, para quien la mayor ventaja de las franquicias es compartir riesgos con los asociados y la posibilidad de llegar a más mercados.
Desde que empezó, las aspiraciones del socio fundador de la marca han sido altas, pues lanzarse al mercado internacional fue y sigue siendo uno de sus principales objetivos. “No es por delirios de grandeza, es sencillamente porque yo creo que hay más demanda de paella fuera de España que en España”, declara Carlos Ripoll. Prueba de esto es que, de hecho, “en Google la paella es el cuarto plato de comida más buscado en el mundo”, según asegura el emprendedor, que también está convencido de que el cliente extranjero “dobla las posibilidades de venta, ya que no tiene ningún reparo en comer y cenar paella”, mientras que el cliente español suele consumir este plato tan típico del Levante únicamente para la comida. “Además, llevar nuestra paella alrededor del mundo es algo que me hace mucha ilusión”, añade Carlos Ripoll.
Una oferta gastronómica premium para degustar desde casa
El socio fundador de CarlosArroces se decantó por un alimento como es el arroz por su origen alicantino y por la inexistente oferta de arroces premium a domicilio en aquel momento. “Había restaurantes que de modo residual podían llevar la paella a casa, pero era algo que no estaba desarrollado”, asegura el empresario. Así, Carlos Ripoll se convirtió en el máximo defensor de degustar comida de calidad en el hogar: “La comida rápida a domicilio llevaba ya muchos años, pero esto era algo de calidad, de elaboración y delicado, que todavía no se había comercializado”.
A la hora de preguntar a su fundador sobre las claves que diferencian a CarlosArroces de sus competidores, el emprendedor lo tiene claro: la calidad en la elaboración y la gran capacidad de producción. “Lo que he conseguido es hacer algo tan artesano como una paella de forma masiva: nosotros producimos grandes cantidades por hora, tenemos gente formada y un sistema muy conseguido”, asegura Carlos Ripoll. La oferta gastronómica de la cadena se basa en arroces finos de gran sabor y calidad, elaborados con caldos y sofritos originales, y un arroz bomba especial de la marca.
El sistema de CarlosArroces permite, además, elaborar la paella para que llegue a casa del cliente en perfecto estado. Esto se logra gracias a una técnica especial seguida por los maestros arroceros de la cadena, que permite que el grano de arroz aguante sin pasarse. Para el envío de las paellas, CarlosArroces cuenta con su propio sistema de pedidos a domicilio en su página web y con sus propios riders, ya que al tratarse de paellas necesitan un método de entrega más cuidadoso. Aunque próximamente el empresario prevé comenzar a trabajar con las plataformas de delivery para utilizar su market place, él mismo insiste en que “las entregas las seguiremos haciendo nosotros”.
CarlosArroces, un negocio reforzado por la pandemia y sus consecuencias
No hay ninguna duda de que la pandemia y las restricciones han traído graves consecuencias al sector de la hostelería en general. Sin embargo, son muchos los negocios que han salido beneficiados tras esta situación y CarlosArroces es uno de ellos. En palabras de Ripoll: “Hemos sido unos afortunados de la pandemia. A nosotros nunca nos cerraron y, como el confinamiento empujó el delivery en general, nuestros locales se vieron muy beneficiados y también multiplicamos nuevas aperturas”. En este contexto, los problemas que sufrió la cadena tuvieron que ver con el exceso de demanda y el desabastecimiento tanto de paelleras como de materia prima, todo en un contexto en el que la mayoría de los negocios permanecían cerrados. “Lo gestionamos bien, pero fue un atracón muy grande. Luego eso se ha consolidado y nos ha ayudado a crecer cada vez más”, reflexiona el empresario acerca de esta etapa del negocio.
Y es que, según confirman los datos de nuevas aperturas, no hay ninguna duda de que CarlosArroces está en pleno proceso de expansión. Recientemente, acaban de abrir nuevos locales en Villalba y Tres Cantos, que se suman a los 11 locales que la cadena ya tenía en Madrid. En Málaga cuentan con 5 locales en total, repartidos por toda la región. De cara al futuro más próximo, Carlos Ripoll asegura que ya tienen dos nuevas aperturas en Madrid en camino, y varios acuerdos firmados en la zona: “Tenemos varios candidatos que están animados e incluso algunos franquiciados que quieren abrir otra tienda más”. Además, fuera de Madrid se están negociando nuevos locales en Albacete y Sevilla. Para el próximo 2022 Carlos Ripoll se muestra optimista y así lo manifiesta: “Espero, sin pecar de exagerado, doblar puntos de venta: llegar a las 45 tiendas firmadas y quizás abrir el primer punto de venta internacional”. Aunque todavía es pronto para saber el futuro del negocio, sí está claro que CarlosArroces va por muy buen camino en el proceso de consolidación de la marca en nuestro país, todo ello gracias al trabajo duro y constante por parte de todo el equipo y a una buena gestión empresarial.