Ozio Gastronomico aterriza en Madrid procedente de Palermo, un restaurante italiano dirigido desde hace 5 años en la capital siciliana por Dario Genova, gran maestro pizzero y chef ejecutivo de la firma, junto al empresario Alberto Andolina. El local abre sus puertas en la zona de Azca, concretamente en la Avenida del Aviador Zorita, 37, con el propósito difundir la cultura y los sabores reales de Sicilia.
El local tiene capacidad para 50 personas en su interior y 12 más en el exterior, con servicio de delivery y take away. Su especialidad es la cocina siciliana y del sur de Italia, basada en la tradición, en su origen y con especial foco en el producto, ya que sus materias primas más características se traen directamente desde allí.
El espacio está diseñado por el prestigioso estudio Cousi Interiorismo. Amplio, diáfano, con techos abovedados, colores cálidos y protagonismo de las líneas curvas. Tiene una gran barra sinuosa, una zona de mesas altas, varias mesas redondas y ovaladas en sala.
Además de otros elementos tradicionales, destaca su bonito horno, que se puede ver a través del cristal que se apoya sobre un muro de coloridos azulejos sicilianos. También cuenta con una coqueta y agradable terraza.
Ozio Gastronomico acerca la esencia de la cocina siciliana a Madrid
En este negocio se respira tradición, pero las recetas se interpretan con un toque extra que le aporta el sello gourmet. Entre sus especialidades, destacan sus Busiati con pesto de Trapani, a los que añaden tartar de carabinero, o los Pici con sardinas y pan rallado tostado, una receta de influencia árabe. Otros de sus platos estrella son las pizzas de autor, porque además de las clásicas, elaboran especiales como la Covaccino Bronte.
Sus 16 pizzas están separadas entre napolitanas y sicilianas, de gran calidad, con poca sal, fermentadas durante 72 h y muy saludables. Entre los segundos, dos de carne y dos de pescado, donde destaca su imprescindible Tagliata de lomo bajo empanada al estilo de Palermo y los Rollitos de sardinas al horno.
En cuanto a los postres, dulces como el Beso de Sicilia, con pistacho y chocolate blanco o la Tarta Savoia, que se originó en un convento de Catania hace más de 150 años. Para acompañar, una cuidada selección de vinos autóctonos y cócteles tradicionales como el Amaretto sour o Espresso Martini y el Negroni.