El restaurante Arrayán, primer proyecto del chef de origen chileno Javi Cabrera inaugurado en 2017, tuvo que echar el cierre en 2020 debido a las restricciones de la pandemia. Ahora, resurge con un nuevo local en Madrid gracias a cinco de sus clientes más fieles, que convencidos del potencial de su alma máter y enamorados de su singular propuesta, decidieron invertir en un establecimiento más ambicioso.
El restaurante se encuentra en la céntrica calle Marqués del Duero 5 y dispone de 70 plazas frente a las 28 del local original, con tres espacios diferenciados: un bar con cocina non stop y coctelería clásica, un restaurante de autor y un club donde se sucederán desde exclusivas catas, talleres y maridajes, hasta conciertos, cineforums o encuentros literarios para socios.
Javi Cabrera llegó con 20 años a España arrastrado por la magia del flamenco y regresó a Chile para ser chef ejecutivo del restaurante Coco Loco, un mítico de la época. Después, volvió para ponerse a las órdenes de Rafa Morales en el sevillano hotel El Bulli Hacienda Benazuza. Más tarde, pasó por La Sucursal, restaurante valenciano con una estrella Michelin, donde siguió perfeccionando su dominio de la técnica.
La cocina “con duende” de Javi Cabrera
Entre los platos de Arrayán, destacan creaciones que expresan un estilo muy particular: sincero, refinado y libre, de raíces mediterráneas con influencias de aquí y de allá y que, aunque supeditado al mercado y a las temporadas, pone por encima el oficio del cocinero a través de las muchas y cuidadas elaboraciones que convergen en un mismo plato.
Javi Cabrera desvela su duende a través de tres menús: uno ejecutivo que se sirve a mediodía entre semana; un menú de degustación compuesto por siete pases con el que podrán hacerse una idea de la variedad de su cocina, y un menú gastronómico de diez pases, cuyo contenido varía cada semana en función de los caprichos del mercado y de la improvisación del chef.
Arropa la propuesta una bodega con cerca de 200 referencias escogidas una a una por el propio Javier. Un 40 % de ellas son vinos internacionales y entre las nacionales destacan, como no podía ser de otra manera, los vinos del marco de Jerez.
Arrayán dispone de tres espacios con una decoración bañada en arte
El nuevo Arrayán, escondido tras una llamativa puerta rojo Pantone Michelin al más puro estilo de club inglés, ofrece una atmósfera tan intimista como su cocina. Cómodos asientos de terciopelo, librerías creando ambiente de salón de hogar y mucha lámpara de pie decoran el espacio, cuyo clasicismo contrasta con la obra del pintor chileno Pablo Santibáñez, expuesta en las paredes de los tres ambientes del local.
El establecimiento cuenta con tres espacios diferenciados. En la planta de arriba se encuentra el comedor, con capacidad para 30 comensales, y un club privado que podrá funcionar como una sala más y hará las veces de reservado para eventos y encuentros privados, donde los socios disfrutarán de selectas actividades.
La planta baja alberga una zona más informal, donde opera en horario ininterrumpido una carta de tapas gastronómicas con propuestas como las hamburguesas Rossini, la tortilla de patata desestructurada, los brioches de rabo de toro o las croquetas cremosas de jamón. Se servirán también vinos por copas, destilados premium y cócteles clásicos preparados con maestría y elegancia.
