Carlos Griffo, el joven chef madrileño que ha cosechado un gran éxito con su primer restaurante Quinqué, se atreve a tomar las riendas de su nuevo concepto: Calisto.

El restaurante Calisto está ubicado en el madrileño barrio de Almagro, en la calle Eduardo Dato, 8, en un elegante edificio junto a la glorieta de Rubén Darío. Con esta propuesta, Carlos Griffo ofrece cocina tradicional con toque de vanguardia y sello de autor.
Calisto busca al excelencia a través de una carta que cambiará cada estación, y que se completa semanalmente con sugerencias según el mercado, lo que le aporta a la carta mucha actualidad y frescura.
Calisto ofrece una carta en constante cambio
La propuesta comienza con entrantes como la ensaladilla de carabinero con huevos de codorniz, coronada con jamón ibérico; la stracciatella ahumada –tipo de queso italiano– con pesto, rúcula y “gástrica” cítrica; o las alcachofas a la plancha con crema de foie y berberechos; entre otros.
Los ingredientes de temporada estarán muy presentes, sobre todo en forma de sugerencias semanales. Ahora, Calisto ofrece cardo con navajas en salsa beurre blanc.

Como opciones entre las legumbres, recurrentes en la cocina de Griffo, están los judiones con rabito de cerdo deshuesado y chocos, con hojas de ostra, y los garbanzos a la riojana con pulpo.
Ambas recetas son ejemplos de la querencia del chef por los mar y montaña forjada a lo largo de su trayectoria.
En Calisto también se pueden encontrar recetas más tradicionales, como el bacalao con tomate, el lenguado a la mantequilla negra o el sapito a la brasa con bilbaína.
Entre las carnes, destacan el coquelet de Las Landas con chalotas al oporto, el solomillo Wellington, el jarrete de cordero con puré de apionabo o el canónico chuletón.
La cuidada lista de postres caseros incluye una tabla de quesos, torrija, coulant de chocolate y tres tipos tartas: de queso, de zanahoria y de limón.
En cuanto a la carta líquida, podemos encontrar 50 referencias de vino en total, con representación de las principales D.O. españolas, con algunas etiquetas de Francia, principalmente champagnes, y de Alemania.

El local de Calisto cuenta con una cocina vista, y ofrece un escenario elegante y sobrio. Tiene capacidad para un total de 80 comensales en el interior y su terraza puede acoger hasta 36 personas más.
La decoración escogida presenta tonos arena y pastel, luces tenues y detalles de vegetación. Además, en cada mesa, como guiño del chef, hay un pequeño quinqué.