Como cada septiembre, las empresas que forman parte de Food Service España (FSE) – patronal de las empresas de restauración colectiva – comienzan un nuevo curso escolar en los comedores de los colegios españoles.
Este segmento, aunque todavía es desconocido por muchos, representa el 32% de la restauración social y juega un papel clave en la lucha contra la obesidad infantil, garantizando una alimentación variada, saludable, equilibrada y segura.
De hecho, las compañías asociadas a FSE sirven cada día 1,3 millones de menús, lo que representa el 70% de todos los menús servidos en los centros educativos españoles, que asciende a un total de 1,9 millones, según datos del Ministerio de Educación y Formación Profesional.
El servicio de comedor en centros escolares está sujeto a altos niveles de exigencia debido a la necesidad constante de adaptarse a los cambios sociales y ofrecer una respuesta competitiva a los centros escolares en su esfuerzo por servir a la sociedad.
“La tendencia del sector apunta a servicios cada vez más personalizados y flexibles para dar respuesta a todas las demandas, un reto que implica a toda la cadena de valor y a todos los agentes que intervienen en el mercado”, señala Mario Agudo, portavoz de Food Service España.
La seguridad alimentaria y calidad, prioridad del sector
Las empresas de Food Service España “sirven, cada día, más de un millón de menús en los distintos centros educativos en los que operan. Un 10% de esos menús incluyen dietas especiales para intolerantes, alergias, creencias religiosas y culturales…”, señala Agudo. Un trabajo que “no sería posible sin el equipo humano que hay detrás”, añade. Cabe destacar que el sector genera más de 30.000 empleos directos entre monitores, cocineros, nutricionistas, personal de logística, pedagogos…
El sector tiene capacidad humana y técnica para prestar un servicio de garantías, ajustado a las exigencias nutricionales de las Comunidades Autónomas y respetando la normativa en materia de seguridad alimentaria. La innovación en estas áreas es uno de los vectores indispensables en el desarrollo de este negocio.
Las empresas reivindican el lugar que la restauración colectiva merece
Desde la pandemia, la restauración colectiva ha tenido que afrontar una reducción progresiva de sus márgenes. La tendencia inflacionista de los costes de la energía y las materias primas, la subida de los costes laborales y el mantenimiento de los precios como consecuencia de la Ley de Desindexación, han provocado que muchas empresas hayan visto comprometida su cuenta de resultados.
Hablamos de que, en el último año, ha habido una variación de entre un 12-15%, llegando algunos productos básicos a elevarse hasta un 60-80%. Esta realidad, añadida al incremento del coste laboral (entre un 3-6%), con la nueva jornada laboral de 37,5 horas, produce gran inquietud en el sector.
“La calidad de nuestro servicio y la competencia de los equipos que trabajan para nosotros es irrenunciable para todas las empresas que forman parte del sector. La elaboración de menús sanos, equilibrados y sostenibles no está comprometida en ningún caso”, señala Agudo. “Este es un principio innegociable del sector. Lo que está comprometido es el futuro de muchas empresas del sector, que, ante la reducción progresiva de los márgenes, llegando en muchos casos a las pérdidas, van a ver amenazado su futuro”, concluye.
Las empresas que forman parte de Food Service España reivindican el lugar que la restauración colectiva merece, ya que es un sector que alimenta cada día a más de 8,5 millones de consumidores, ofreciendo más de cuatro millones de menús diarios. Invertir en restauración colectiva es alimentar bien a la población pues es uno de los instrumentos para mejorar la calidad de la alimentación de la población.