Su estética responde a la no uniformidad de sus estancias y el servicio en pantallas táctiles, chip-cards y TPVs ya que, según su fundador, Mark Korzilius, es difícil encontrar buen personal para los restaurantes.
Baracca recibe medio millar de comensales cada día, que a medio día consumen por un valor medio de 15 euros, aumentando este ticket medio a 30 euros por la noche. La inversión en el local, que ocupa 700 metros cuadrados ha sido de 3,5 millones de euros y emplea a 32 trabajadores fijos y 10 auxiliares.