A finales de 2006 se produce el encuentro de Alfonso Lara y Manuel Robledo, uno de los empresarios que forman la sociedad Restauración Temática, y presidente de la compañía de restauración Comess Group. Llega a un acuerdo con él y así inicia su particular aventura empresarial. Lara, toma participación en el Real Café Bernabeu, cuyo propietario es el Club Merengue, al que el concesionario paga una renta del 10% de la facturación durante los quince años de vigencia del contrato.
Aparte de socio, Lara se encarga desde la pasada primavera de la gestión de este restaurante abierto hace dos años pero que no terminaba de despuntar. Y todo pese a su envidiable y emblemático emplazamiento. “El 50% de nuestro éxito se lo debemos al Estadio”, manifiesta Lara. Las vistas al campo de fútbol que ha sido testigo de las gestas del equipo blanco, lo convierte en un lugar más que deseable para madridistas, turistas y curiosos; pero lo hacen especialmente goloso para eventos de distinto cariz. Potenciar este capítulo se ha convertido en una de sus prioridades y concreta aún más: “Tiene un atractivo tremendo para las firmas extranjeras. Ahora mismo copan la mitad de los actos empresariales que aquí se celebran”. A muchas de estas corporaciones se les ofrece un pack de cena con tour por el estadio.
El horario es otro de sus atractivos, pues permanece abierto desde las nueve de la mañana hasta las dos de la madrugada. La animación está asegurada con los cócteles elaborados por el barman Julián Durán.
Una cocina ganadora
La nueva carta apuesta sobre seguro: la cocina tradicional española, con el toque de modernidad oportuno y un precio comedido de unos treinta euros aproximadamente. “El público del establecimiento es muy heterogéneo – afirma Lara -. Tienes que dar algo que guste a todo el mundo. Abres la carta y sabes lo que es todo” Y añade, “la cocina sencilla nunca falla.”. Destacan entre los entrantes las “Croquetas de jamón ibérico”, y las “Papas con mojo verde y rojo”; entre los platos principales, la “Merluza en salsa de cebolleta y aceite de oliva” o la “Hamburguesa Real Café”. Este otoño, además, inaugura un “Menú de cuchara” entre semana por un precio de dieciocho euros, el cual constará de un primero “contundente”, postre, pan y bebida.
Con la bodega, sigue la misma línea de precios discretos en sesenta referencias de vino para consumir y también para llevar. “Hay vinos poco conocidos pero de mucha calidad. Será una carta reducida. Buscamos rotación”, declara.
El comedor del Real Café Bernabeu, con una enorme cristalera de ochenta metros ofrece, como hemos mencionado, vistas espectaculares al terreno de juego, pero además en verano, se abre su espectacular terraza con dos ambientes: uno que hace las veces de restaurante y otro, más cercano al césped, pensado para comer algo rápido y tomar copas después. Igualmente se puede hacer en el minimalista bar de la planta baja.
El espacioso establecimiento requiere de dieciséis personas en cocina y otras tantas en sala. Lara realiza la selección de personal. Proviene tanto de escuelas de hostelería, como de bolsas de trabajo, Internet, etc… , aunque admite el responsable que prefiere a la gente sin o con poca formación, que llega “sin vicios”, para formarles en la casa.
Entre el variado ramillete de clientes del Real Madrid Bernabeu, tienen un lugar de honor los simpatizantes y empleados del Madrid a los que se realiza un descuento tanto en el Real Café Bernabeu como en los otros restaurantes del estadio: Puerta 57 y el Asador del Bernabeu; gestionados estos últimos por el Grupo La Máquina. (www.realcafebernabeu.com) l
Elia García
Un gestor de eficacia probada
Alfonso Lara finaliza sus estudios en la Escuela de hostelería de Madrid en 1988 y de esa fecha a 1990 ejerce de maître en Paradores. Le faltaban entonces sólo unos días para convertirse en funcionario, cuando llega una suculenta oferta del Casino de Alcalá y, contraviniendo los deseos familiares, Lara dice “sí”. Comienza como primer maître de banquetes y asciende en la escala hasta convertirse en director gerente en 1999. Durante este periodo, el establecimiento consigue una estrella Michelín. En este puesto se mantiene hasta finales de 2003, cuando Caja Madrid, accionista mayoritario del establecimiento, pasa el testigo a la cadena hotelera NH y encarga al joven Lara el capítulo de restauración del parque temático Faunia. “Después de casi catorce años en el Casino, asumí este otro reto y me costó mucho”, explica. Pero Lara es aplicado, fue aprendiendo y se aventura a montar en 2004 el restaurante La Hacienda, que hoy factura casi cuatro millones de euros. Hace tan sólo unos meses que se estrenó como socio, amén que gestor, del Real Café Bernabéu. l
