El dato correspondiente a la hostelería dentro del ICE, ha sido, durante el primer trimestre de 2008, el más bajo de la historia de este indicador, situándose en un –7.5, lo que supone 1,3 puntos menos que en enero, cuando se elaboró el primer informe. ¿A qué se debe?
“Sobre todo a un descenso en la cifra de negocio, más que a que se hayan reducido las contrataciones, explica Juan José de Lucio, director del Servicio de Estudios del Consejo Superior de Cámaras de Comercio. El empleo en el sector también ha reflejado un descenso, pero no tan acentuado, aunque de cara al futuro, la previsión de contrataciones también disminuye”.
Así, según manifiesta De Lucio, la previsión para los próximos meses tampoco es demasiado halagüeña, ya que la confianza de los empresarios dedicados a la hostelería en particular se ve influenciada tanto por factores internacionales como locales y ninguno de los dos parecen positivos en estos momentos. De hecho, dentro de la situación internacional, el turismo parece estar desacelerando al tiempo que, dentro de las propias fronteras, la situación económica hace prever que la cifra de negocio de los hosteleros seguirá decreciendo y que, como consecuencia, la confianza empresarial también mermará.
Los peores datos, en la construcción
En líneas generales, el ICE ha marcado, en ésta su última actualización, una media de –6,3 (una caída de 3,1 puntos con respecto a lo que sucedía en enero). Un dato bastante fiable si se tiene en cuenta que la muestra es muy amplia, llegando a recoger las respuestas de los representantes de más de 5.600 empresas. Así, la hostelería se ha comportado algo peor que la media, pero los datos más alarmantes siguen llegando de la mano de la construcción.
Dentro del sector de la construcción, tanto el indicador de empleo, el de inversión y, principalmente, la cifra de negocio, experimentan recortes en la encuesta de abril. Por su parte, otro de los sectores en los que la confianza empresarial ha experimentado un brusco descenso, la industria, no parece que pueda tomar el relevo de la construcción y también presenta saldos negativos en la cifra de negocio y empleo. Con el agravante de que un sector como éste, más intensivo en el uso de capital y, por tanto, con un nivel elevado de inversión productiva, se ve más expuesto que el resto a la incertidumbre financiera de los mercados.
Así, en conclusión, el deterioro de la confianza de las empresas tiene su origen, principalmente, en un mal comportamiento del negocio, sobre todo, en lo que se refiere a la situación del primer trimestre del año, aunque las expectativas no son muy optimistas. La incertidumbre se ha instalado en los mercados internacionales, y tiene un efecto directo en la inversión empresarial, cuyo indicador se ha estancado en la última encuesta. A esto hay que sumarle que todas las previsiones apuntan a que en el segundo trimestre del año aumentará el porcentaje de compañías que van a reducir sus plantillas con respecto a las que prevén que lo aumentarán.
A esto ha de sumársele que el 56,4% de las empresas encuestadas por las Cámaras de Comercio considera que la debilidad de la demanda limita la marcha de sus negocios, lo que sitúa a este factor muy por encima de su media histórica. El consumo interno continúa moderándose, siendo la principal causa de la mala evolución prevista para la facturación de las compañías. Las dificultades de financiación también superan su media histórica, lo que podría estar relacionado con los problemas de crédito y liquidez existentes.l
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