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Conserves Ferrer, cuatro décadas conjugando tradición e innovación en conservas, salsas y cremas elaboradas

Desde su fundación en 1964, la compañía ha evolucionado, tanto en su portafolio de productos como en su perfil empresarial. Fue Josep Ferrer quien inició la actividad en un pequeño pueblo del Pirineo catalán, Sant Llorenç de Morunys, empezando por la recolección y comercialización de trufas frescas. Enseguida incorporó a su catálogo las setas y con ellas empezó la fabricación en conserva. A mediados de los años 80, la bonanza de la empresa permitió el traslado de la sede a Santpedor (Barcelona) –donde producen todos los productos más elaborados- y la apertura de una nueva planta productiva en Moraleja (Cáceres) –donde envasan conservas y setas-, ubicación elegida dada su buena ubicación para la recolecta de setas en la temporada de otoño.
“En los últimos años, la empresa ha experimentado un fuerte crecimiento, a causa del impulso de nuevos productos, que se ha visto traducido en una inversión importante en infraestructura y personal (emplean a más de 50 trabajadores, repartidos entre oficinas y fábrica)”, cuenta Marta Rabasa, responsable del área de Marketing de Conserves Ferrer. De hecho, la empresa distribuye sus productos dentro y fuera del país a través de operadores externos y se sirven de una potente red comercial propia. Además distribuyen a través de Cash & Carry y algunos de sus propios proveedores de materias primas también venden sus propias salsas.

Actualmente, la nueva generación de Ferrer, que continúa al frente de empresa, sigue apostando por la elaboración de las tradicionales recetas de siempre, a la vez que invirtiendo en I+D para abrir nuevos mercados. Su gama de productos actual posee más de 150 referencias que van desde las cremas y salsas, a las conservas vegetales, conservas de pescado y marisco, legumbres, etc.

Más recientemente, y debido al escaso margen que en los últimos años dejan las conservas, Ferrer se introdujo en un nuevo sector, el de los arroces semi elaborados y los preparados para tortilla, recetas que facilitan la labor ya que están listan en pocos minutos. “Apostamos por un producto de calidad y estamos viendo que el mercado y las nuevas generaciones demandan un producto cada vez más elaborado”, apuntan desde la empresa.

Y para demostrar su calidad, la empresa recuerda que en marzo de 2011 obtuvieron por segundo año consecutivo la certificación IFS Food (International Featured Standards) y BRC Food (British Retail Consortium) en su fabricación. Ambas certificaciones son un estándar de auditoría reconocido a nivel internacional, que vela continuamente por mejorar la seguridad alimenticia de los productos dirigidos al consumidor. Además en esta ocasión, la empresa ha sacado la mayor nota al aumentar el nivel / grado de calidad en sus salsas y cremas, y ha demostrado que la calidad de sus productos está garantizada.

Productos naturales sin conservantes ni colorantes
De hecho, en Ferrer son conscientes que su punto diferencial es que elaboran productos a base de materias primas frescas y de primera calidad. “Cuidamos mucho esta parte de la cadena de valor, porqué somos conscientes de que la calidad es nuestra razón de ser y porqué debemos que atender las exigencias del mercado. Conservamos los productos como si se cocinasen al baño María pero a gran escala. Esto permite que nuestras salsas y cremas mantengan ese sabor tradicional tan característico de Ferrer, el de la cocina de siempre. A su vez la conserva, tiene la ventaja de alargar la vida útil de los productos, en algunos casos hasta dos años, de una forma natural. De aquí a que la mayor parte de nuestros productos no contengan colorantes ni conservantes añadidos”, explica Marta Rabasa
Entre sus productos, hay algunos considerados “estrella”, como la salsa de calçots (especial para las famosas calçotadas catalanas), el tomate sofrito, el variado de setas y la crema Vichyssoise. A nivel de exportaciones, destacan el gazpacho, la crema de boletus, la salsa all-i-oli y la salsa brava. “Asimismo -continúa Rabasa-, estamos detectando una buena acogida en nuevos lanzamientos como nuestros preparados de arroz y fideos (paella valenciana, fideuá, arroz de montaña…). Productos de calidad, adaptados a los estilos de vida actuales; que están cambiando la manera de cocinar y la dieta de los españoles”.

Para hostelería tienen una gama especialmente creada hace años. “Creemos que la hostelería es un canal muy interesante para generar prescripción, no únicamente en el sector de la alimentación”, señala Rabasa. En Ferrer cuentan con productos tan versátiles como las setas, salsas, conservas vegetales o trufa en formatos especiales para horeca. “Somos conscientes que la hostelería es un canal con cada vez más potencial para nosotros y por ello investigamos en nuevos productos que se adapten a las necesidades de nuestros clientes”, añade la responsable de marketing de Ferrer.

Según Rabasa, “la misión de Ferrer para el presente y el futuro es la constante búsqueda por la calidad y la innovación”. En esta línea, en 2011 la firma se ha marcado objetivos ambiciosos como el desarrollo de nuevas gamas de producto preparado, la fidelización de productos reconocidos a nivel nacional y la consolidación de la presencia de la marca en mercados como Alemania, Dinamarca, Holanda,  Francia o Estados Unidos. JIsabel Acevedo

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