fbpx

RESTAURACIÓN NEWS

InicioProveedoresEl aire puro que llegó de Alemania

El aire puro que llegó de Alemania

Smoke Station puede parecer a primera vista una mesa o una columna con un diseño acorde al del local donde se ubique, pero la función ornamental es sin duda secundaria. Se trata de un sistema de filtros que depura el aire en lugares cerrados en más de un noventa por ciento.

Otto DG, una compañía implantada en Alemania desde 2001 lo presentó en la Feria de equipamiento de Madrid -Horeq-, saliendo al paso de la temida Ley Antitabaco.

El artefacto está formado por una columna que en su parte superior es un cilindro metálico agujereado por donde un extractor absorbe el aire. De ahí, lo transporta hacia la parte inferior, haciéndolo pasar por un filtro electrostático y otro de carbón activo que eliminan la polución y arrojan de nuevo el aire purificado al exterior desde la base de la máquina. Así es el Smoke Station standard, al que posteriormente se añaden los elementos de diseño o adaptaciones que el hostelero desee.

De media, se coloca una máquina por cada 35 metros cuadrados de superficie para que la efectividad sea la máxima posible, si bien de acuerdo con José Luis Gutiérrez, director de estrategia corporativa de Otto DG en España, “lo ideal es fumar lo más cerca posible del aparato para acabar con el humo antes de que se extienda”. Y añade, “todo el área que abarca está continuamente purificándose”.

El modelo básico -a partir de 3.800 euros- es de funcionamiento manual; se enciende y apaga presionando un botón. Está también aquel en el que se programa la hora a la que empieza y termina su labor. Por último, el más sofisticado incorpora sensores que lo ponen en marcha cuando alguien se acerca. La red eléctrica alimenta cualquiera de estos artefactos cuyo consumo es poco mayor que el de una bombilla.

Para cualquiera que no quiera humos
Smoke Station resulta ideal como mecanismo de eliminación de humos para las salas de fumadores que marca la ley en locales que superen los cien metros cuadrados; pero, en realidad, está dirigido a cualquier recinto en el que se pretenda mejorar el ambiente, imagen y/o productividad, incluso yendo más allá de la normativa. “Los locales de menos de cien metros pueden decidir si permiten fumar -en cuyo caso no admitirían la entrada de menores- o no lo permiten. Si optan por la primera opción, no están obligados a instalar ningún tipo de sistema de depuración del aire. Sin embargo, muchos empresarios quieren cada vez más calidad en el aire, simplemente por ofrecer un ambiente más agradable”, afirma Gutiérrez.

La oferta de Otto DG rebasa la tangibilidad de la Smoke Station, abarcando servicio de asesoría, consultoría y asistencia técnica postventa. El mantenimiento lo puede realizar el propio restaurador, cambiando el filtro electrostático cada tres meses y el de carbón activo cada seis meses -de media-. El propio aparato tiene un software que indica mediante un display inserto en la columna cuándo ha llegado el momento de efectuar el recambio. Las piezas se envían por correo, y suponen un desembolso adicional de 550 euros al año.

Alemania acoge la sede central de la compañía, también presente en Francia, Austria, Turquía y en la Península Ibérica, desde que la larga sombra de la ley antitabaco comenzó a cernirse sobre la hostelería. (www.ottodg.com) l

artículos relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí