De una pequeña taberna malagueña regentada por Salvador Maté surgió este concepto de franquicia de baja inversión con la aportación de Antonio Villena, quien tenía experiencia en un modelo de negocio similar, en otro sector, eso sí. El Cinco Bolas ya cuenta con un establecimiento y antes de que expire este 2009 inaugurará otros dos.
Los dos socios de este concepto (el grupo Enfoke Franquicias) basado en la cocina tradicional andaluza lo definen como “franquicia social”, por el bajo nivel de inversión inicial que hay que realizar para abrir un establecimiento: 15.000 euros. “Permite que emprendedores sin una gran capacidad de financiación externa puedan labrarse un futuro profesional al frente de su propio negocio”, aseguran sus responsables. Esto es posible en parte, gracias a la búsqueda de subvenciones y ayudas a la financiación. No en vano, el negocio arrancó a partir de una subvención de la Junta de Andalucía que cubre gastos de personal en la central (actualmente doce empleados). “Los costes son menores porque la estructura, después de esto, está ya bastante cubierta”, explica Villena. Así pues, El Cinco Bolas es una franquicia muy apta para aquellos que sin grandes posibilidades económicas, buscan un autoempleo, aunque esto no significa excluir a cualquier otro tipo de franquiciado. Tampoco es imprescindible acreditar experiencia en hostelería, la central se encarga de impartir un plan de formación inicial de tres semanas para los franquiciados.
Enfoke Franquicias posee un departamento destinado a conseguir un respaldo financiero a los nuevos emprendedores o inversores que desean unirse a la red, como ayudas públicas, subvenciones o acuerdos con entidades financieros además de facilidades proporcionadas por proveedores referenciados (Pepsi Heineken, Dimobe…) que adelantan aportaciones económicas como contraprestación a un compromiso de consumo por parte de estos franquiciados.
Por otro lado, según Villena, siempre se buscan “locales que hayan estado previamente dedicados al negocio hostelero”. Continúa diciendo que de este modo, prácticamente la única inversión que hay que hacer es la de la imagen exterior del establecimiento. “El interior nos adaptamos un poco a lo que haya. Sí tenemos un mobiliario corporativo pero solemos mantener, por lo general, aspectos como el alicatado de los baños o del salón”. Manteniendo, eso sí una iluminación interior cálida, que favorece también el horario nocturno en el que dan salida a licores y combinados.
Costes
La ausencia de un canon de entrada lo compensan después los franquiciados con el pago a la central de un royalty del 5% de la facturación mensual y un canon de publicidad del 2% de dichas ventas.
Con la subvención de la Junta el pasado mes de febrero se reabrió El Cinco Bolas de Málaga bajo el nuevo modelo esta vez como establecimiento propio (la antigua taberna de Maté había cerrado en 2006). Tras éste, antes de que acabe el año, vendrán otros dos, uno en Coslada (Madrid) y el otro en Illescas (Toledo), ambos franquiciados. Y para el próximo, y haciendo cálculos basados en su experiencia con Almeida (franquicia de viajes de baja inversión), Villena espera alcanzar al menos los cincuenta establecimientos en España.
El Cinco Bolas se identifica con el concepto de bodeguita andaluza, basando su cocina en el tapeo principalmente a base de productos andaluces, con especial atención a pescados y mariscos, y una selección de vinos entre los que destacan los de la Denominación de Origen Málaga. El precio medio es de un euro por tapa de pescadito y un euro por cualquier otra tapa más vino. Villena defiende la rentabilidad del proyecto, pese a unos precios comedidos que agradecerán los consumidores: “Los vinos, aun siendo buenos, tienen un margen alto y lo mismo ocurre con la cerveza (Heineken) y todo lo demás. Son restaurantes de rotación alta”. (www.elcincobolas.com)
