Estos organismos celebraron a finales de mayo unas jornadas bajo el título “La comercialización del vino en la restauración española” donde ofrecieron datos de consumo y analizaron qué actuaciones se deberían llevar a cabo para mejorar las ventas en este canal.
La investigación, realizada por la compañía PricewaterhouseCoopers entre bodegas, distribuidores y consumidores, refleja que el vino ocupa la segunda posición entre las bebidas más consumidas en el canal horeca (según el 26,4% de los consumidores), precedido únicamente por la cerveza. El 72,7% de los consumidores afirma tomar vino al menos una vez al mes y su perfil se corresponde sobre todo a hombres de entre 30 y 49 años.
El consumo de vino continúa asociado a reuniones de amigos o familiares (para el 87,2% de los consumidores), en pareja (34,4%) y reuniones de empresa (16,4%). La elección de uno u otro se basa en criterios de sabor, color u olor (35,6%), la costumbre (33,7%) y el precio (18,5%). Sin embargo, los restauradores, distribuidores y bodegas opinan que los consumidores se guían por la moda, la marca y la D.O.
Los principales frenos al consumo, parecen ser el endurecimiento de las normas de tráfico y la percepción de precios elevados.