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El talento es más escaso que la facturación

En primer lugar, la hostelería ha crecido en mayor proporción, que el resto de servicios destinados a la venta. Contribuye con relación al PIB, con un valor del 7,07%.

En el último quinquenio se aprecia un incremento acumulado del 59%. En el 2007 según el DIRCE, se estimaba la existencia de 70.641 establecimientos integrados en la tipología de restaurantes, que disponían de 4,57 millones de plazas; produciéndose sobre 1975 un incremento interanual de aquellas del 3,7 por ciento. Se deduce un empleo asalariado de 1.002.338 trabajadores, según información suministrada por el DIRCE, para un total de 308.937 locales. Lo que significa 3,80 trabajadores por empresa. Con un incremento del 30% en restaurantes, 32% en cafeterías y un 45% en cafés-bares.

Estos valores ponen de manifiesto la importancia económica de la actividad, su crecimiento exponencial y su valor estratégico de futuro.

En segundo lugar, es una salida profesional para muchas personas, inmigrantes o no, sin una formación específica. Una salida laboral fácil aunque poco remunerada, para ese colectivo de mano de obra no cualificada, que recurren a esta profesión como una solución. Circunstancia que provoca escasa trazabilidad en los procesos de selección y formación.

En tercer lugar, el establecimiento de políticas retributivas es un valor escaso en el sector y una de las labores más importantes a la que deberán enfrentarse los empresarios y directivos en las próximas décadas si quieren que sus negocios perduren con compromiso.

En cuarto lugar, el sector necesita recordar que, sin estar explicitada como otros sectores, el establecimiento de la visión, misión, valores y compromisos han sido cuestiones clave que han permitido dirigir las estrategias y centrar las acciones que han dado historia a muchos establecimientos. El sacrificio, dedicación, profesionalidad, servicio al cliente, detalles y el valor de las personas en momentos de dificultad adquieren una dimensión clave para generar confianza y conseguir actitudes positivas.

En quinto lugar, recordemos que los emprendedores con visión de futuro claro, que saben trasladar con pasión esa visión coherente con la misión y los valores de la organización a una estrategia integral e integrada, que comunican eficazmente, que sintonizan con su equipo de colaboradores, que desarrollan el talento y fomentan la innovación obtienen resultados extraordinarios.

Más acciones formativas

Estas reflexiones trasladándonos al ámbito de la formación, nos hacen pensar que si sólo el 35% del significado de cualquier acción en el sector corresponde a las palabras habladas, porque no destinamos más acciones a programas de continuidad presenciales y estamos dedicando tantos recursos a formación no presencial.

Escasa o nula formación por la naturaleza de los establecimientos. Preocupación mínima por parte de los empresarios en formar a las personas, por diferentes razones: estacionalidad del sector, que dificulta el mantenimiento de plantillas fijas; excesivos traspasos de negocio; formar sólo en lo que obligan las administraciones; el personal busca una salida temporal ya que no se le ofrece un plan de carrera… condicionan el re-descubrir la pasión por la formación.

El efecto de las políticas de formación, ha representado café para todos y han creado el efecto contrario al pretendido. Se deben aplicar con premura políticas y acciones de formación que ayuden a la mejora de las personas,  que sirvan para innovar día a día, gestionen planes de carrera, promuevan y desarrollen el talento, mejoren los procesos de calidad y marquen un sello de calidad en nuestras organizaciones, a fin de conseguir una mayor fidelización de los clientes, que en definitiva es de lo que facturamos día a día.

Casi el 30% de los ocupados en actividades del sector tiene una edad comprendida entre los 16 y los 29 años. Este dato, indica la importancia de las personas jóvenes como elemento estratégico esencial en el desarrollo de la calidad del sector. Es una oportunidad, sin precedentes, para nuestra economía teniendo en cuenta lo que representa el sector en el PIB, para promover acciones de formación que desarrollen las competencias y habilidades necesarias para dar al sector un valor de crecimiento cualitativo. El servicio al cliente no depende sólo de la voluntad, también depende las habilidades
Sólo con los datos de su contribución a la riqueza del PIB y al número de personas en activo, debe ser reconducido como un sector estratégico básico en el sistema económico.

Con la ayuda de medidas laborales que acompañen en su contratación y desarrollo se creará una cultura de calidad, que contribuirán a mejorar de manera exponencial la imagen del sector. Pero, ¿hasta qué punto serán transparentes y socialmente responsables con las políticas de cambio?

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