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Elisa Ming, inicios difíciles

Con 34 años y propietaria de los restaurantes Matsuri, Matsuri T&W y Yakitori, los comienzos de Elisa Ming en España no fueron precisamente fáciles. Como empresaria el balance es ahora positivo, pero no siempre fue así. Cuando Elisa vino a España la barrera idiomática y cultural era un obstáculo difícil de superar para una chica inmigrante de 18 años pero, tal y como ella misma define “gracias a su tesón y esfuerzo” llegó a superar todas las trabas que aparecieron en su camino. Al principio, desde abajo, como friegaplatos, y poco a poco ascendiendo en el escalafón. Llegó a ser la encargada de sala en el restaurante donde empezó a trabajar. Con el dinero ahorrado y después de varios años de esfuerzo y sacrificios personales decide abrir un establecimiento propio junto a su actual marido Chen Hui.

En el inicio de su nueva andadura como empresaria también le surgieron muchas dificultades: encontrar un buen local para abrir su nuevo negocio, por ejemplo, se convirtió en una obsesión para ella. Necesitaba un sitio en el que sus clientes tuvieran un nivel adquisitivo medio–alto, que contara con viviendas y con oficinas alrededor, etc. La idea era poder trabajar los siete días de la semana. Las trabas administrativas y burocráticas también fueron un obstáculo difícil de salvar, pero finalmente en el año 2003 inaugura su primer restaurante en la zona de Arturo Soria, el Restaurante Matsuri (López de Aranda, 38).

Los resultados positivos del nuevo restaurante tardaron un tiempo en aparecer. Los clientes empezaron a surgir poco a poco, pero la decidida apuesta por la calidad y un precio muy competitivo hicieron que el establecimiento se consolidara en la zona y que finalmente fuera el lugar de referencia para la cocina asiática.

En el año 2008 inaugura su segundo restaurante, el Restaurante Matsuri T&W (Avda. de los Arces, 15) en la zona próxima al Parque las Naciones. Este nuevo establecimiento se plantea con una nueva fórmula, la tarifa plana gastronómica. Este nuevo concepto establece un precio único para todos los menús posibles de la variada oferta que se dispone, manteniendo la calidad y un atento servicio.

Por fin, en el 2009 se abre el tercer restaurante en Pozuelo de Alarcón, el restaurante Yakitori (Avda. de Europa 27). Este último restaurante continúa con el mismo concepto de tarifa plana, ampliando al oferta de productos con una nueva parilla de carbón para confeccionar los platos que se han introducido.

Momento actual
Así, tras haber recorrido esta trayectoria se llega al momento actual en el que la coyuntura económica no es favorable a los emprendedores, sean del segmento que sean. Como explica la propia Ming, en su caso “nuestra oferta es muy competitiva, nos movemos en unos precios entre 15 y 20 € por comensal, lo que hace que la situación actual nos afecte menos que a los demás. De cualquier forma, se nota que la gente consume con menos alegría, sobre todo en lo referente a vinos y bebidas de importación. La parte más positiva es que debido a la actual crisis económico-financiera en la que estamos inmersos surgen muchas oportunidades que antes eran impensables. Se han puesto en el mercado muchos locales de negocio que antes estaban ocupados en calles que tienen una oferta muy escasa. El precio de venta y alquiler de estos locales se ha reducido de manera apreciable”.

Pero la crisis pasará. Y si en este año el primer objetivo es consolidar la oferta del nuevo restaurante en Pozuelo de Alarcón, la empresaria afirma que “también, estamos buscando nuevos emplazamientos para abrir un nuevo local. La idea es abrir un nuevo restaurante cada dos años, para posibilitar un crecimiento sostenido con recursos propios”.

No obstante, de cara a un futuro más lejano, Elisa Ming reconoce que “me gustaría poder separarme un poco de las gestión del día a día; contratos de personal, compras, jefes de cocina, etc. También me gustaría poder ir comprando alguno de los locales donde tengo los restaurantes para poder juntar algún patrimonio inmobiliario. Lo que sí tengo claro es que estaré en España, mis hijos están estudiando aquí y me gustaría que algún día continuaran con el negocio familiar”.

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