fbpx

RESTAURACIÓN NEWS

InicioGestiónSeis errores muy frecuentes en la imagen del personal de servicio

Seis errores muy frecuentes en la imagen del personal de servicio

La imagen del personal de servicio es la carta de presentación del establecimiento. En función de su imagen, el cliente percibirá si el plato y el establecimiento son de categoría o no. Por esto, es sumamente importante cada detalle de su imagen. ¿Errores? Muchos. A continuación, los seis más frecuentes:

Los zapatos tienen el poder de cambiar todo un vestuario.
Los zapatos tienen el poder de cambiar todo un vestuario.

Zapatos sucios. Si quieres saber si alguien va bien vestido, mira abajo, dicen. En nuestra imagen se ve cómo somos, y son las pequeñas cosas las que nos delatan. Los zapatos tienen el poder de cambiar todo un vestuario. Más importante que el uniforme son los zapatos. Conviene ser meticulosos en esto porque prestar atención a las pequeñas cosas demuestra prestar atención a las grandes.

Pelo suelto o despeinado. De la imagen física, el pelo es lo que más habla de la higiene personal. En restauración, uno de los riesgos más temidos es que un pelo vaya en el plato, pero no solo eso. El pelo debe verse aseado y peinado y siempre recogido. En un establecimiento de alta gama no se concibe servir con el pelo suelto. Resta profesionalidad al servicio.

Manos descuidadas. Hacemos uso de ellas todo el tiempo, para entregar la carta, para tomar nota, para servir el plato. No se pueden llevar las uñas largas ni mucho menos sucias. Tampoco pintadas de colores fuertes o a medio pintar. Es importante cuidar las manos, que luzcan cuidadas y pulcras. El cliente percibe estas señales que se fijan en su subconsciente y le llevan a emitir juicios de valor sobre el servicio y la calidad del plato.

Exceso de joyas y maquillaje. No debemos olvidar que un trabajo como el de la restauración no entiende de moda ni de excesos. Un poco de maquillaje para efecto buena piel es todo lo que se necesita. No se puede servir con una retahíla de anillos y pulseras llamativas. Puede que le encanten a la persona que los lleva, pero no tienen por qué gustar al comensal. Solamente se deberían utilizar unos pendientes pequeños y la alianza, en caso de llevarla. Es lo más práctico, lo más discreto y lo que menos estorba.

20180201_Servicio0

 

Mal olor. Parece obvio pero el olor es tremendamente poderoso en nuestras relaciones. Ni es bueno dejar un enorme rastro a perfume ni tampoco lo es descuidar la higiene bucal y corporal. En ocasiones, se percibe un olor a tabaco al traer el plato y esto es muy molesto para el comensal. También hay que ser conscientes de que los uniformes retienen el olor y que por eso hay que lavarlos con frecuencia, especialmente en un trabajo como este en el que uno se está moviendo continuamente. No hay que olvidarse de que uno ya no percibe su propio olor, pero cuando hablamos de servir, toda higiene es poca.

El uniforme sin forma. En muchos sitios todavía es habitual ver que hay camareros sin uniforme y en los que sí lo llevan muchas veces parece un harapo: arrugado, sucio o con aspecto viejo. El uniforme no es una simple prenda para el trabajo. El uniforme es una herramienta que ha de ser cuidadosamente seleccionada. Es parte decisiva en la imagen del establecimiento. Corbata o pajarita, traje o frac, pantalón o falda, sea cual sea el uniforme, que luzca impecable en todo momento.

artículos relacionados

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí