Este negocio de food trucks es cosa de dos. Es cosa del matrimonio formado por Esther Fernández y Rubén Rojo decidido a “acercar esta vieja institución americana a nuestro país”.
Y quieren hacerlo arrancando un negocio propio, Furgourmet, una empresa de alquiler de furgonetas vintage para eventos como ferias gastronómicas, bodas, fiestas de empresa, cabina de disc-jockey, catas/degustaciones, photocalls, presentaciones de marca, publicidad… así como “a cocineros con un proyecto ilusionante y de calidad gastronómica que deseen participar en los cada vez más numerosos eventos de comida callejera y gourmet”.
Después de convivir con el street food en el continente americano y comprobar la fuerza con que se asimilando en Europa y en nuestro país, estos dos jóvenes emprendedores se decidieron a poner en marcha su negocio: “La cultura, gastronomía y nuestro clima encaja a la perfección con esta propuesta y decidimos lanzarnos a esta aventura”. Y aunque su primera furgoneta llegó apenas una semana antes de escribirse este reportaje, “el teléfono y el email no dejan de echar humo desde hace meses”.
A la hora de ponerse en marcha, Esther y Rubén destacan como el principal escollo el poco apoyo que reciben por parte de las aseguradoras “a la hora de dar ciertas coberturas a vehículos de esta antigüedad, así como el desconocimiento general de este nuevo modelo de negocio”. Sin embargo, ellos no pierden la fe en un concepto que “cuida el origen y la elaboración de los productos y los combinan con una puesta en escena diferente y divertida”.