Porque el sector de la restauración ya no puede entender su futuro sin un plan de renovación. Plan tienen los hosteleros franceses para su personal, para sus inversiones en equipamiento o para reconocer los años de profesión sin pasar por las escuelas de hostelería. Tres ejes de actuación, alguno de los cuales bien podrían ponerse en marcha en España, con independencia de esa inveterada inclinación, muy respetable por cierto, de poner por delante de los restaurantes como empresa a la cocina creativa de vanguardia o a las ciudades con titularidad gastronómica.
Porque muchos son los que van contando los meses de la recesión y la caída libre del consumo extradoméstico, pero pocos los que atestiguan el retroceso que está sufriendo el escalón mayorista de suministro a la restauración independiente, algunos segmentos de ésta y, en el sector de la alimentación colectiva, los que luchan por subsistir ante la morosidad de sus clientes institucionales o los recortes presupuestarios que dejan a los menores sin comer bien, amenazando con anular, además, la tímida política sobre alimentación y nutrición que se aplicaba en los comedores escolares.
“El juego ha terminado” sería otro significado de “game over”. Punto y aparte. Borrón y cuenta nueva… todo sirve para encarar una nueva etapa de la restauración moderna que, además, podría tener, con un paseo profesional por la feria Hostelco, que redefinir planes de reconversión de los sistemas de producción y elaboración de comidas.
En Hostelco hay innovación, internacionalidad y networking como rezan sus principales reclamos. Porque hay una conjunto de expositores capaces de atender los actuales desafíos de la hostelería.
Así sea.
