Martínez Parrilla junto a los otros tres finalistas de esta prueba, tuvo que poner en práctica los conocimientos adquiridos en el curso mediante una serie de pruebas como la decoración de una mesa, con las Olimpiadas como tema; la identificación de una serie de errores en el montaje de cuatro mesas; la preparación de melón con jamón; la elaboración de un cóctel con ginebra, zumo de limón y lima, clara de huevo, nata, jarabe de azúcar y agua de azahar; el desespinado y emplatado de un rodaballo al horno y el trinchado de una perdiz.
Por último, los alumnos se enfrentaron a la prueba de comunicación, en la que tuvieron que reaccionar ante las quejas que les exponían algunos miembros del jurado simulando ser sus clientes o empleados.
