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La comida más cool se sirve en food trucks

En menos de un año, la tendencia de la comida callejera, popularizada como street food, ha pisado el acelerador en nuestro país a bordo de los food trucks, los vehículos adaptados para servir bocados sobre ruedas que proliferan en eventos al aire libre.

Javier Mesa

El streefood borra la barrera entre comensales y cocineros.
El streefood borra la barrera entre comensales y cocineros.

Parece algo nuevo, pero no lo es. Nuestra memoria cinematográfica está impregnada de fotogramas de las calles de Nueva York con carritos que sirven perritos calientes, de suburbios con césped donde circulan furgonetas de helados o puestos callejeros como aquel en el que Harrison Ford pedía noodles en la futurista Blade Runner. No tan lejos, en nuestras calles, siempre hemos tenido ejemplos similares como los puestos de castañas o de venta de bocadillos a las puertas de los estadios. La comida callejera, al margen de anglicismos, está en el ADN del ser humano y mucho más del español.

Sin embargo, desde el año pasado, una nueva imagen nos viene a la mente cuando se habla de comida callejera, casi siempre bajo la etiqueta de street food. Es la de la furgoneta, camioneta, tráiler, caravana o motocarro adaptado para cocinar a bordo. Las menciones al food truck se vienen repitiendo machaconamente en las conversaciones desde comienzos de 2014 de tal manera que no hay profesional de hostelería o consumidor que presuma de estar al día en tendencias que no haya oído hablar de estos vehículos adaptados.

Muchos de ellos ya habrán probado las propuestas gastronómicas de estos puestos de comida sobre ruedas en eventos al aire libre en grandes ciudades. De los perritos y las hamburguesas más habituales, hemos pasado a encontrar puestos de empanadas, croquetas, crepes, sushi, comida mexicana, arepas venezolanas, pulpo, quesos, pizzas, vinos, cervezas, zumos, muffins… casi todo cabe en este universo sobre ruedas.

“Cuando comenzamos solo éramos unos cuantos locos que decidían emprender un negocio totalmente desconocido para la sociedad”, reconoce Ana Lorenzo, portavoz de la Asociación Catalana de Food Trucks e impulsora del proyecto Food’nRoll. “Gracias a un duro trabajo de difusión a través de las redes sociales y de la calidad gastronómica de cada propuesta, hemos visto un aumento en el número de eventos con food trucks, de su diversidad y del conocimiento del público”.

Para José Miguel García Viejo, de la asociación Street Food Madrid, buena parte del éxito de este formato de gastronomía callejera reside su carácter rompedor y, sobre todo, “en la creatividad de nuestros miembros; nunca un formato es igual al anterior. Se apuesta mucho por la innovación gastronómica y empresarial”.

Libertad para el restaurador y desenfado para el cliente, factores de la ecuación del éxito del street food.
Libertad para el restaurador y desenfado para el cliente, factores de la ecuación del éxito del street food.

Un nuevo sector

Ambas asociaciones, la catalana creada en octubre de 2014 y la madrileña unos meses antes, en marzo, coinciden que en este último año el desarrollo del movimiento ha sido enorme. Ejemplo de esta evolución, recuerda Fabio Gándara, secretario de Street Food Madrid, “es que hace no mucho tiempo, alguien cercano al Ayuntamiento de Madrid nos calificó ya como nuevo ‘sector’, mientras que  a comienzos del 2014 éramos sólo un movimiento con la aspiración de traer a Madrid una tendencia gastronómica que triunfaba en el resto del mundo”.

Desde el año pasado se han repetido en estas capitales citas como Eat Street, Street Food Born y Palo Alto Market en Barcelona o MadrEAT o el Mercado de Productores en Madrid, donde los food trucks han sido reclamo y protagonistas absolutos o complemento de restauración. Conforme se repetían las convocatorias, más y más variedad de propuestas se sumaban a la oferta y, por ejemplo, los organizadores de MadrEAT se veían obligados a ampliar el número de puestos ante la elevada demanda de participación.

Mientras este tipo de citas al aire libre prolifera, se acentúa una contradicción entre la filosofía del street food y su formato más extendido en España. Así, la máxima expresión de la gastronomía informal y móvil, el vehículo a motor adaptado, ha multiplicado su presencia con el motor apagado y reunido en mercados y eventos puntuales. Uno no se los encuentra circulando libremente por las calles y aparcados dando servicio cada día en una esquina. García Viejo, experto en legislación, recuerda que “la normativa que nos afecta, de competencia municipal, es muy restrictiva y nos obliga a desarrollarnos en eventos y ferias puntuales o incluyéndonos en establecimientos permanentes. Además, tampoco existe en la actualidad una interpretación uniforme de la normativa municipal ni de la legislación europea, lo que provoca una considerable inseguridad jurídica”.

La legislación restringe su funcionamiento a eventos privados o ferias.
La legislación restringe su funcionamiento a eventos privados o ferias.

Ana Lorenzo, por su parte, recuerda que sin una normativa específica “no podemos circular libremente y nos vemos forzados a participar sólo en eventos privados o ferias, lo que implica un alto grado de competitividad entre los diferentes food trucks y cánones de participación a veces exagerados, lo que deriva en pérdidas económicas en caso de que el evento no tenga la afluencia esperada”.

Otra consecuencia de la falta de regulación según la representante de la asociación catalana es que muchos organizadores de eventos de street food “se decantan única y exclusivamente por caravanas o remolques de modelo retro y/o vintage, dejando de lado los auténticos food trucks (camiones cocina) que son los que realmente se ven funcionar en los países en los que está legalizada su libre circulación”.

Y aquí es donde entra el juego el incipiente asociacionismo en torno a la comida callejera, en el trabajo para conseguir una normativa común que permita la libre circulación de estas cocinas con ruedas. “La propia idiosincrasia española, el clima y el contexto económico y cultural casan perfectamente con el espíritu callejero, social, informal y divertido de la street food”, recuerdan desde la asociación madrileña, “por eso, estamos seguros de que ha llegado para quedarse, y solo necesita para su definitiva implantación una mayor comprensión por parte de las administraciones públicas”.

¿Y los hosteleros?

La multiplicación y difusión del street food en el último año ha despertado sentimientos encontrados dentro del sector hostelero que oscilan desde los que hablan de competencia desleal e intrusismo hasta los que se han subido al carro con entusiasmo.

Al principio, aclara Ana Lorenzo, “como en la mayoría de los cambios sociales, nos vieron como una posible amenaza, pero con el paso del tiempo están descubriendo las oportunidades que tienen los food trucks y las ventajas que pueden representar para su local. Comer en un restaurante sentado en una mesa no tiene nada que ver con tomar una hamburguesa en la calle. Son experiencias totalmente distintas”. En este sentido, ambas asociaciones han observado como muchos establecimientos ya optan por alquilar uno de estos vehículos para participar en eventos al aire libre.

“Casi el 50% de nuestros asociados son restauradores, —recalca José Miguel García Viejo— entre ellos los mejores de Madrid. Cada vez son más los que se dan cuenta que, lejos de ser una competencia desleal, la street food proporciona nuevas vías de negocio a los hosteleros tradicionales y un gran valor añadido gastronómico, turístico y cultural a Madrid”.

De hecho, como bien nos recuerdan estos promotores de la nueva comida callejera, tenemos recientes ejemplos de grandes cadenas de restauración organizada que han apostado por este escaparate sobre ruedas para promocionar sus nuevos lanzamientos. Es el caso de McDonald’s, que recientemente subió a su chef colaborador Javier García Peña en un food truck para presentar su hamburguesa CBO Cool Chutney en Madrid. “Un food truck para un hostelero es sinónimo de libertad. Ese es nuestro objetivo”, remata Ana Lorenzo.

El streetfood se caracteriza por la innovación gastronómica y empresarial.
El streetfood se caracteriza por la innovación gastronómica y empresarial.

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