Con una progresiva externalización que ya raya el 35% y se calcula subirá al 36% a muy corto plazo, las empresas que operan en varios países de la Unión Europea han tenido que conciliar sus objetivos económicos con variables a veces contradictorias.
Así por ejemplo, en un evidente mercado de precio, las empresas más dinámicas, las TOP 10, que suman ventas por valor de 21.000 millones de euros, apuestan por los productos bio, el desarrollo sostenible y el equilibrio nutricional de los menús que sirven.
Todo ello, en medio de una crisis feroz que ha minado los ingresos del sector (tomando los datos de las TOP 10 de cada país) en Alemania en el ejercicio de 2009 (-6%); los ha estancado en Inglaterra; mientras España e Italia salían airosas (3%); a la vez que la madurez de las empresas francesas les hacía resultar vencedoras claramente (7,7%).
El promedio europeo fue de 4,8%, lo que significa que, cuando se reduce el pocket-money, comer en colectividades puede resultar altamente interesante, a la par que satisfactorio, vista la convergencia hacia la que caminan los formatos que ofrecen las principales empresas del sector y que nada deben envidiar a los de la restauración comercial, ya sean tipo QSR, fast casual o incluso casual.
En el cuadro adjunto puede observarse como los dos grupos líderes en Francia totalizan en ventas casi lo mismo que el inamovible número 1 europeo, Compass Group, en tanto que ya el número 4, la filial europea de la norteamericana Aramark, factura sólo la mitad que Elior. Síntoma inequívoco de cómo con el crecimiento externo se blinda el equilibrio en los ejercicios consolidados en los grupos líderes como único medio de competir con otros que arraigados en un solo país, por ejemplo Camst o Gemeaz en Italia, que no necesitan de cruzar fronteras para situarse entre los diez primeros grupos de restauración colectiva en Europa. JRN
