La Fehr estima que tan drástica medida podría provocar en los próximos años el cierre de 70.000 locales, la destrucción de 200.000 empleos y una pérdida adicional de facturación del 10%.
Para calcular estos datos, la Fehr ha tomado prestados datos de Irlanda, el único país europeo en el que está vigente desde 2004 una prohibición comparable a la que pretende poner en marcha la administración europea. Según la Central Statistics Office Ireland, entre 2003 y 2007 han cerrado en ese país, el 8,6% de los restaurantes y el 24% de los bares. Es más, en 2004 y años siguientes el sector registra caídas de facturación de más del 10% en bares, que contrastan con crecimientos de dos cifras en años precedentes.
La Fehr añade a esta argumentación además que aunque nunca es buen momento para este tipo de normas, el actual es aún más desfavorable, pues en 2009 las ventas de restauración cayeron un 8%. Y la pérdida de aún más clientes y ventas parece inminente si se atiende al dato de que entre un 40 y 45% de la clientela española, según Fehr, asocia el consumo de productos hosteleros al consumo de tabaco. Así pues, los dirigentes de la Fehr y todas las asociaciones que lo integran hacen un llamamiento para que tengan en cuenta lo que supondría, según ellos, un grave perjuicio a estos negocios, al empleo y a la economía del país y mantengan la ley actualmente vigente. Antes de ésta, el espacio hostelero destinado a personas no fumadoras no llegaba al 0,5% y hoy supera el 50% del total.
Uno de los argumentos más potentes que exhiben los antitabaco es el de preservar la salud de los trabajadores de hostelería, a lo cual José María Rubio, declara que “el tema debe tratarse en el convenio colectivo”.