Ahora, este modernizado negocio da un paso más allá y se dispone a inaugurar un nuevo concepto que combina al 50% pescadería y restaurante bajo un modelo de franquicia y en el que se potenciará la interacción con el consumidor.
En estos momentos, El Señor Martín es un puesto de pescado en el castizo mercado de Chamberí e innumerables planes de futuro. “En Madrid hay muchas pescaderías, pero que te cuenten cosas nuevas, muy pocas”, explica Javier Rodríguez-Tur, un aficionado a la gastronomía que ha desarrollado su carrera profesional en el mundo de la publicidad y llegó hace dos años a este sector bastante anquilosado en el pasado trayendo aire fresco y diferenciación. Esta “pescadería del siglo XXI” ha sido avalada con varios premios como el “Premio Innova” al mejor comercio de la Comunidad de Madrid, “Premio AECOC” a la pescadería más innovadora de España y la “Mención de Honor” de la prestigiosa Guía Metrópoli a la mejor tienda gastronómica de Madrid.
El Señor Martín, ha intentado aportar valor con mayor información al consumidor, actuando como prescriptores, abriendo el espectro a especies nuevas y organizando actividades como catas, ronqueo de atún, cursos, showcookings, etc…
Sin salirse de estos márgenes, aunque ampliándolos, llega el nuevo Señor Martín. “Crearemos tiendas a pie de calle donde se generen experiencias que supongan una inmersión global en el mundo del pescado”. Y entre todo lo que ocurrirá en estos locales, cuyo primer representante espera Rodríguez-Tur esté abierto antes de fin de año, no podía faltar un restaurante, que pretende convertirse en la mitad del negocio. “Será cocina muy basada en la materia prima”. El diseño del punto de venta incluye islas en las que se vendan productos gourmet, vinos, libros, etc.. Por lo que ha podido constatar el empresario durante estos dos años en el Mercado de Chamberí y ejemplos como El Mercado de San Miguel, el público está anhelante de novedades: “La gente en Madrid es muy abierta, está esperando que sucedan cosas nuevas”. El nuevo concepto franquiciable de El Señor Martín, está concebido para un espacio mínimo de cien metros cuadrados y unos seis empleados por tienda. La compañía quiere ser el socio mayoritario del primer local y a partir de ahí ir abriendo, a razón de unas cuatro unidades por año, en régimen de franquicia.
Sólo para apasionados de la gastronomía
Los responsables de El Señor Martín se encuentran en estos momentos realizando, según su gerente, un concienzudo proceso de selección de franquiciados: “Buscamos personas con experiencia en gestión a quienes les encante la gastronomía”. Continúa, “hasta ahora los encargados de las pescaderías han sido pescaderos, que no siempre tienen la habilidad de transmitir. Lo que queremos ahora es que en todas las pescaderías haya un prescriptor que sepa de los productos y de cocina. Se trata de dar más valor, no sólo servir el pescado, sino también aconsejar y prescribir”. En estos momentos, desde el puesto de Chamberí, suministra producto a varios restaurantes, aunque esta faceta de proveedor de restauración perderá peso en el futuro, sospecha el directivo.
Para el desarrollo de la franquicia Rodríguez-Tur y sus socios han confiado en Mundofranquicia, “porque nos presentaron un proyecto de franquicia igualitario, en el que tanto el franquiciador como el franquiciado ganan. Sino, el modelo no funciona”, argumenta. Otra clave radica en permitir que el franquiciador pueda aportar su toque personal a la tienda, comenta el ideólogo del proyecto: “Vamos a exigirle unos mínimos, pero a partir de ahí podrá desarrollar sus propias ideas”.
Sin embargo, lo fundamental, el centro del negocio es el pescado, que el Señor Martín compra, tanto en Mercamadrid, como en origen apostando por productos nacionales, en algunos casos desconocidos para el público madrileño, como por ejemplo, la Vieja Canaria. Bien es cierto que tampoco se cierran a joyas gastronómicas de otros países, como el mejillón de Bouchot o las ostras Gillardeau, ambos, productos galos. Eso sí, sea cual sea su procedencia, siempre se tienen en cuenta las temporadas. Se trata, ante todo, de “abrir la puerta y aportar sensaciones diferentes al consumidor final”. Rodríguez-Tur opina que “las pescaderías no han evolucionado. En cambio, la sociedad sí”. Y pensando en esta sociedad cambiante, con entusiasmo, Rodríguez-Tur habla de “tiendas sostenibles”, de servicio de cocinero a domicilio, de clases de cocina… Y en mente, una tarea propia de alguien con alma marketiniana: crear marca. Todo un reto en un terreno prácticamente virgen en materia publicitaria como es el de las pescaderías. (www.smartin.es) J
