Madriz Hop Republic – República el Lúpulo – se estrena con cuatro variedades que rinden homenaje a este ingrediente: Luchana, Arapiles, Chamberí y Chueca.
Jaime O’Connor, diplomado por la escuela cervecera VLB de Berlín, y su hermano Fernando son los creadores de este proyecto que nace con tintes muy personales. Ambos se han propuesto producir una cerveza exclusiva, de alta calidad y que refleje el estilo de vida madrileño.
Madriz Hop Republic, se basa en la producción nómada de artesanas de corte internacional, distribuidas en locales exclusivos y en su “cuartel general” ubicado en el barrio más cervecero de la capital, el número 21 de la calle Cardenal Cisneros.
La marca se caracteriza por seguir recetas de creación propia, elaboradas con ingredientes de alta calidad y producidas en la fábrica española o europea más apropiada según el estilo del que sea especialista. El objetivo es mantenerse fieles a los parámetros tradicionales, respetando los tiempos de producción, sin prisas y comercializando en pequeños y exclusivos lotes disponibles en su tienda online y en los principales establecimientos hosteleros.
Variedades
Luchana es una cerveza de estilo American Pale, muy aromática, de cuerpo ligero y amargor medio, un homenaje al país que revolucionó las cervezas craft.
Arapiles, por su parte, es una lager Helles típica de la zona de Baviera. Rubia y ligera, posee un sabor a malta sin apenas amargor.
Chamberí, lager tostada a base de malta oscura alemana y lúpulos nobles, de suave cremosidad y notas de miel y bizcocho.
Chueca, la última en llegar, muy lupulada al más puro estilo inglés.
Con un gato por bandera firmado por José Luis Moro (ex integrante de Un Pingüino en mi ascensor y gerente de la Agencia creativa Pingüino Torreblanca), Madriz Hop Republic invita a disfrutar de un ambiente exclusivo en su propio local. Esta sede se caracteriza por su diseño, moderno, sofisticado y muy divertido.
Las propuestas de Madriz Hop Republic, se completa con una carta de exóticas cartas vietnamitas, elaboradas al wok en su “Viet-ñam” corner, lo que da como resultado un maridaje atrevido y muy original que sorprende por la riqueza de sensaciones que despierta.
