Ángel Chicharro

En esta misma página hemos citado hace no muchos meses a Ángel como ejemplo de profesionalidad y de buen hacer en la sala. Su secreto, trataba igual a los clientes del montón que nos acercábamos a verle que a políticos, toreros o el propio Rey. Ese era su secreto; hacer que cualquier cliente se sintiese el más importante de todos. Un don que, lamentablemente, escasea entre las mesas de nuestros comedores. De hecho, luchaba cada cliente como si fuera el único, poniendo todo su afán en fidelizarle y hacerle un asiduo de la casa.
Y es que la presencia de Ángel era parte de la oferta de Ciriaco. Cuando, por algún raro motivo, no estaba en el establecimiento uno tenía la sensación de que faltaba algo. Era un optimista nato. Tenía una receta infalible: saber escuchar y sacar una lectura positiva de todo.
Es uno de esos personajes cuya trayectoria, personalidad y trabajo debería estudiarse en las escuelas de hostelerías, porque en ellos se encuentra la esencia de este negocio.
Para aquellos que no hayan tenido la suerte de conocerle les diré que era tan simpático, que es difícil creer que su perenne sonrisa fuera sincera, pero lo era.
Ha muerto Ángel Chicharro. Descanse en paz.