De esta manera, nos hemos encontrado con los chiringuitos a medio gas en las playas en una época en la que acostumbraban a estar desbordados. Y el regreso no presenta un aspecto más halagüeño en las ciudades.
El consumidor ha comenzado a mirar con lupa dónde y en qué se gasta cada euro. Se acabó la fase del todo vale.
Y en un sector como la hostelería, con una oferta tan grande, la manera de mantener la clientela, de continuar siendo el elegido de los consumidores y de fidelizarlos, es diferenciarse, ya sea con nuevas acciones atractivas reforzando la calidad de la oferta ya existente.
Porque lo que está claro es que la tormenta no ha hecho más que empezar. No se sabe cuanto durará el chaparrón pero las nubes se tornan oscuras. Y no existen datos que arrojen algo de luz, ya que las estadísticas del Panel de Consumo en Hostelería no están preparadas aún. Sí se han publicado los datos del Observatorio del Consumo y la Distribución Alimentaria, del que damos cuenta en este número.
Sí hemos conocido que el consumo de cerveza en hostelería cayó un 6% en julio y agosto. Un dato preocupante si tenemos en cuenta que esta bebida representa cerca del 14% de las ventas del sector.
En cualquier caso, sería conveniente que la Administración acelerará al máximo la publicación de los datos generales de consumo en este merado, lo que permitiría conocer de forma fehaciente cuál es la situación actual.
