Según la crítica especializada, uno de los locales de restauración más novedosos del 2011, en cuanto a su interiorismo, fue Los Soprano, una pizzería ubicada en el municipio costero y barcelonés de Gavà.
Publicaciones de todo el mundo (desde China a Suiza, pasando por países como Corea, Holanda, México o Turquía) destacaron el diseño de este local, que firma el arquitecto e interiorista Pedro Scattarella. Argentino
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de nacimiento, aunque barcelonés de corazón, Scattarella no sólo ha cosechado éxitos con este proyecto, sino que ya está siendo considerado como uno de los pesos pesados dentro del diseño de interiores de locales de restauración.
Descubrió los cambios urbanísticos de Barcelona en las postrimerías de los JJ.OO. del 92 y “se enamoró” de la Ciudad Condal. Scattarella consiguió trasladarse a Barcelona con 27 años y poco después logró abrir su propio estudio; era el año 2006. Desde entonces ha firmado locales como el Café Emma (Barcelona), el Stanford Gourmet Burger (Sant Cugat), el Kauai Gavà Mar, el Tapa Tapa Maremagnum (AN Grup, Barcelona), el Bo (Grup Cacheiro, Barcelona), o el Maximiliam Borne (AN Grup, Barcelona).
¿Cómo o qué le lleva a especializarse en arquitectura de interiores de hoteles y restaurantes?
La hostelería me
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gusta mucho. Empecé trabajando como delineante en un estudio de interiorismo y rápidamente me decanté por los restaurantes. Me salía natural y lo prefería a dibujar cortinas.
¿Qué elementos definen sus proyectos?
La funcionalidad y el recorrido de los espacios. Siempre empiezo a diseñar desde la cocina, tiene que ser perfecta a nivel funcional y de instalaciones, y los salones deben ser muy ergonómicos, tanta para los comensales como para el personal de servicio. A partir de ahí, crear un recorrido, diferentes espacios, vistas… por más que sea un salón de 300 metros, los clientes sienten que están en un lugar íntimo. La decoración, parte de una idea principal, pero se amolda al servicio de esos dos puntos.
¿Qué se lleva hoy día en el interiorismo de los restaurantes?
En primer lugar escapar de lo lujoso e hiper moderno. Esa burbuja también explotó. En contrapartida, ahora se tiende a crear ambientes más cercanos, simples y austeros. ¿Las herramientas? Recuperar, vintage y lo industrial.
Uno de sus últimos trabajos ha sido Los
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Soprano (Gavà). ¿Qué ha querido plasmar en este local y qué materiales ha utilizado?
La idea surgió un poco desde el nombre del local. El cliente eligió el nombre “Los Soprano” yendo a buscar un estereotipo de los italianos: pizza, pasta, y los italianos de “la mafia” de la televisión. Entonces, imaginamos un ambiente de almacén portuario neoyorquino. Se organiza en dos plantas. La cocina, abierta a la vista de los clientes, se encuentra en la planta de acceso. La barra ocupa toda la planta y cambia su forma según su uso (pase de camareros, de mesa, barra tradicional) y un pequeño salón con vistas a la terraza exterior. Pero la cocina domina todo el acceso: el pizzero trabaja en una situación elevada, y como en un escenario para ser contemplado. Con el fin de unir las dos plantas, hemos diseñado una doble altura en la esquina del edificio, que marca el acceso principal y se comunica visualmente con la planta superior. La barra, redonda en el centro del espacio, y la lámpara araña (hecho con lámparas de escritorio) unen las dos plantas verticalmente. En la planta superior, la del restaurante, utilizé los container para modular el espacio, el container rojo que se ve ni bien se llega a la segunda plata, contiene el ascensor y una vitrina de exposición. El amarillo contiene los baños, el azul contiene el office y el distribuidor a ambos sitios para fuera del salón principal. El container verde es la sala vip. Se utiliza para reuniones y comidas de grupos.
Otro de los locales que ha diseñado es Café Emma, muy diferente a Los Soprano…
Los Soprano fue un acto de fe del cliente para conmigo. Experimentamos y el resultado se dio
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de manera natural. Por suerte el proyecto sólo asustaba en los planos. Ni bien empezamos la obra, se intuía que el resultado iba a ser genial. El Café Emma buscaba las bases del Bistró. Sin reformulaciones ni reinterpretaciones, que instalado aquí en Barcelona, fue justo lo que lo hizo destacar. Aunque en el diseño sean polos opuestos, en el uso los dos captan al mismo segmento de público. Los dos comparten criterios de austeridad y simpleza. Pero, obviamente, por caminos muy diferentes a nivel decorativo.
Ha trabajado para cadenas y para restauradores independientes ¿Hay grandes diferencias a la hora de trabajar para unos u otros?
El restaurador es un cliente que sabe y entiende mucho el funcionamiento del negocio. No es como diseñar una casa en donde al arquitecto puede plantear unas ideas y espacios que al cliente le sorprendan. El restaurador, tanto sean grandes cadenas como independientes, critica y corrige mucho los diseños (distribuciones, mensajes que se quieren trasmitir, etc.).
Sobre el uso de materiales, ¿aplica parámetros de sostenibilidad o cree que todavía esta muy verde el tema en la arquitectura?
En la arquitectura hace muchísimos años que se aplica. En el interiorismo es relativamente
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nuevo y no me atrevo a decir si se quedará. Ojala. Mientras en Europa se vuelca a lo sostenible, lo industrializado y lo estándar como consecuencia de la crisis económica, en Asia se están cometiendo los mismos depilfarros que aquí hace siete años. Realmente creo que estamos en un punto de inflexión y hay que aprovecharlo. Hay que tirar más de cerebro y menos de catálogos. Espero que algo quede cuando vuelva la bonanza. Mis clientes se espantan cuando me ven entrar con la caldera el doble o triple de grande de lo que usan habitualmente. Están acostumbrados a poner un “calentador” y tener agua caliente a golpe de Kwtios. Cuando me preguntan que hago, les responde que hacer más sostenible su negocio.
¿Puede avanzarnos algún proyecto que esté trabajando en la actualidad relacionado con el sector hostelería?
Hay dos que me hacen muchísima ilusión. Uno es un edificio que albergará un restaurante y gimnasio desde los cimientos. Al hacerlo desde cero será totalmente sostenible y con muy bajo impacto medioambiental. El otro es un pequeño restaurante en La Boqueria. Me ilusiona trabajar en un lugar tan mítico y de los más visitados en Barcelona. Por otro lado estoy haciendo un obrador central para una empresa de catering y un restaurante en el centro de Barcelona. Y con mi hermana estamos ultimando dos proyectos de restaurantes en Buenos Aires y en Sao Paulo. J Isabel Acevedo
