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Peggy Sue’s, pisa el acelerador

Que triplicará la facturación en 2010 respecto al año pasado, llegando a los tres millones de euros, y recibirá 2011 con una quincena de locales, en su mayoría franquiciados, y una nueva cocina central para surtirlos.

No es casualidad que Peggy Sue’s deba su nombre a una canción de Buddy Holly, porque la música ha sido motor y medio de vida para el artífice de la idea, José Muñiz, quien incluso actualmente mantiene una productora y un estudio de grabación, además de otros negocios que nada tienen que ver ni con la música ni con la hostelería (una empresa de ropa, un proyecto de dibujos animados…). “La música sufre una crisis tan grave que, por necesidad, muchos de los que nos dedicamos a ella, no hemos tenido más remedio que abrir negocios paralelos”. Llegó, según su propia versión, como un “advenedizo” al mundo de la restauración, si bien él cree que este factor pudo incluso jugar a su favor: “No tenía experiencia en hostelería y por eso quizá, hemos hecho cosas atrevidas”, explica, como comenzar a abrir en calles secundarias e incluso en locales en los que todos los negocios anteriores habían fracasado, desoyendo consejos “sensatos”. Así,, el establecimiento que dio origen en 2007 a esta cadena, que ya cuenta con cuatro (todos en Madrid), está ubicado en Amaniel, una calle poco transitada en las proximidades de la Plaza de España. “Pensamos que la localización no debía ser tan importante, y trasladar lo que eso supone de ahorro a la calidad del negocio. Tenemos una relación calidad-precio muy buena”. Por esta razón, piensa Muñiz, que es un negocio “propicio” para tiempos de crisis, basado en “comida americana casera, ni tex mex ni industrial”, puntualiza Muñiz, en un ambiente divertido, con estética de los años cincuenta y rock & roll de la época sonando. La enseña es quizá, una de las pocas que puede presumir de rápido crecimiento en una época como ésta, quizá porque nació prácticamente cuando comenzaba el declive económico.

Pero, ¿cómo se ha dado a conocer Peggy Sue’s al gran público, teniendo además el handicap de hallarse los establecimientos en calles secundarias? El quid de la cuestión, para Muñiz, ha sido el apoyo de los medios y la difusión espontánea de los clientes. “El boca a boca es muy importante, pero además, hemos tenido mucha publicidad gratis. Aquí se han grabado videoclips, se ha hecho publicidad para televisión y revistas…”. Tal vez este entusiasmo se deba a que Peggy Sue’s inauguró lo que en estos momentos es una moda emulada por otros locales. Contra uno de ellos, abierto por un grupo de restauración madrileño recientemente, incluso mantienen un pleito legal, por los motivos que expone Muñiz: “Lo más grave es que muchos clientes pensaban que ese establecimiento era nuestro. Creo que había muchos indicios para poner una demanda. La competencia es algo muy sano, pero la competencia desleal, no”.

El gasto medio por comensal de Peggy Sue’s, de acuerdo con Muñiz, se sitúa por debajo del de los competidores, exactamente en unos 12,50 euros, y cuenta con un horario que va desde la una y media del mediodía hasta las doce o una y media de la madrugada, dependiendo si es día laboral o fin de semana. Los desayunos, están en mente para el año que viene.

Hamburguesas hechas al momento
Las hamburguesas, que declara jocoso Muñiz “son una necesidad básica del ser humano”, son el centro del negocio, y se preparan a diario en cada local. El resto de las elaboraciones, sin embargo, se realizan en una cocina central que, con el florecimiento que está experimentando el negocio, se ha quedado ya pequeña. En consecuencia, para el 1 de julio próximo está prevista la apertura de una cocina central de 400 metros cuadrados en Getafe (Madrid), desde donde se surtirá a los restaurantes del creciente grupo, no a terceros. Antes de verano, Peggy Sue’s saldrá de la capital, afincándose en Bilbao, Sevilla y Valencia, ya que tras casi tres años de recorrido, los responsables de la empresa decidieron apostar todas sus cartas a la expansión por franquicia. Entonces entró un nuevo socio capitalista para dar apoyo a Muñiz (único socio hasta ese momento), se decidió la construcción de la cocina central, y dos de los locales de Madrid, que nacieron como propios, se franquiciaron a partir del 1 de enero de este año, conservando, por consiguiente, otros tantos en propiedad.

A los franquiciados se les ofrece formación suficiente, según el empresario, si bien “son negocios organizados de forma que no necesitemos personal muy cualificado en los locales, queríamos evitar a los franquiciados ese problema”. Aparte, dice contar con un equipo central muy sólido y cuidar a la gente que tiene en plantilla, que actualmente ronda la treintena.
“Mi obsesión es mantener la misma calidad y encanto en los locales franquiciados que en los propios. Hemos trabajado mucho en esto. Queremos que en ningún momento el cliente tenga la sensación de que está en un establecimiento de franquicia”. Para eso, es indispensable el buen hacer del franquiciado, y para el buen hacer, la ilusión. Uno de los requisitos básicos que exigen Muñiz y su equipo de los candidatos. “Los criterios de selección de nuestros franquiciados son una mezcla de elementos técnicos medibles y de el sentido común y la experiencia que tengo como hombre de negocios. Le damos mucha importancia a la ilusión”. Y también a que no se pierda, con medidas como otorgar zonas de exclusividad bastante amplias. Por ejemplo, en Sevilla y Bilbao sólo podrá haber un Peggy Sue’s. “Queremos que siga siendo un sitio especial”. En principio el objetivo geográfico son las capitales de provincia y Madrid, donde sí habrá numerosos establecimientos de la enseña. Sin ir más lejos, a lo largo de este año, entrarán seis nuevos franquiciados. “Hemos tenido avalancha de peticiones, así que hemos decidido acometer la expansión más rápido de lo que teníamos previsto”, explica el padre de la idea. En total, cuando termine 2010, habrá quince Peggy Sue’s en España y el grupo habrá facturado tres millones de euros, triplicando la de 2009. Y diversificando, ya que hace año y medio inauguraron el servicio de entrega a domicilio para particulares, que está funcionando muy bien, según Muñiz, y en breve se abrirá la tienda online para que las empresas puedan realizar sus pedidos”.

Con tales expectativas, Peggy Sue’s significa aventura empresarial que el valiente Muñiz no puede sino calificar de positiva. “He tenido suerte. Soy una persona que ve algo en la cabeza, lo hace y sale bien. La hostelería es un sector duro, pero muy agradecido en el que la constancia es fundamental”. Y añade, “creo que hay demasiados locales que pasan de moda rápidamente porque no se preocupan de tener una buena oferta todo el tiempo (…) Yo quiero tener un hueco en el mundo de la hamburguesa, que cuando el cliente piense en hamburguesas piense en Peggy Sue’s”. Él revela que estuvo un año haciendo hamburguesas en el local con sus propias manos. “Y tengo un feedback brutal de los clientes. Sé que algunos han repetido veinte o treinta veces”. No cabe duda; la pequeña Peggy Sue llegó para quedarse.

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