Sin embargo, la agenda para el otoño está repleta de retos. Entre ellos los de superar una voraz fiscalidad que amenaza con más imposición -estatal y local-; unas tarifas energéticas imposibles, castigando las inversiones en fotovoltaica; y una política medioambiental que ahora trata de penalizar la red de frío, tema que presumimos estará en boca de todas las empresas que reúne en Vigo Conxemar. En suma, que reducir los gastos de mantenimiento y lograr la ansiada eficiencia energética se pone en el candelero.
Tienen en sus manos una nueva cita con la restauración en hoteles, cada vez más integradora, creativa y competitiva. Por eso, cuando la economía precisa de este sector, sus empresas dan muestras de saber cómo atacar las raíces coyunturales de la crisis. Esperemos que las que tienen origen estructural pueda acometerlas con la colaboración de la nueva economía que ha de emerger cuando la etapa de vacas tan flacas desaparezca.
