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Recuperar los valores de antes o reinvertar nuevos

Valor que es, en esencia, la realidad misma de la coherencia, unidad y armonía de las personas de nuestras organizaciones. El objetivo común de nuestras organizaciones es transversal al de nuestras familias. Esta similitud y semejanza muestra como el autoconcepto de nuestras personas, se traslada a la confianza en nuestros clientes. Con el resultado obvio de la excelencia en nuestro servicio y los resultados en nuestras cuentas de explotación.

En nuestro mundo complejo y de complejidades, cuando manejamos información de nuestra zona de preocupaciones, es fácil que queden en el baúl de los recuerdos los valores y visión que nos ayudaron a crear nuestras organizaciones.

En cambio, cuando las circunstancias aprietan y nuestro entorno más próximo se ve reflejado en este cortoplacismo, de manera dinámica y sorpresiva, nos provoca percepciones y sensaciones que no sólo nos ayudan a comprender nuestra realidad, sino que, además, nos acordamos de aquellas circunstancias y/o valores que nos guiaron en la consecuención de nuestros objetivos.

La dirección y la propiedad cuando fundaron aquel negocio tenían un profundo sentimiento de crear una organización y lograr, con ello, una perdurabilidad en el tiempo. Ésta debía estar sustentada por unas bases, para desarrollar una estructura capaz de lograr unos objetivos. Propuestos en la visión y misión de la organización.

Las personas, algunas veces se preguntan, porque hemos esperado tanto para volver a redifinir esos mapas estratégicos en su conjunto. La bonanza, la definición de objetivos estratégicos parciales o simplemente la falta de formación nos impidieron repensar en esas circunstancias de perdurabilidad y crecimiento.

Personas
Las personas en su conjunto tienen en estas organizaciones la función más destacada. Sin ellas, la realización de estas organizaciones, no tiene capacidad de ser. Ni de estar en el tiempo. Son las personas, sus talentos y comprensión de la realidad, las que en equipo hacen posible la materialización de esos principios que sustentan la organización. El éxito y felicidad de esas personas que movilizan la organización radica en conseguir disfrutar y sentirse parte de un conjunto, unido y en armonía.

Sin el compromiso, responsabilidad, semejanza y empatía entre los valores personales y los de la organización la armonía en una organización no puede existir. Sin la integración de la cultura del esfuerzo, logro, excelencia y capacidad de servicio, una organización y sus personas no podrán establecer una interrelación con los demás. El factor confianza en toda organización es la clave del éxito. Entre los miembros de una organización. Cualquier comunicación y observaciones deben estar orientadas a un bien común. A ese ideal que su fundador estableció en las bases del éxito de aquel negocio. Las personas en todas sus interacciones, con respeto y autenticidad, irán alineadas y en consonancia con los objetivos estratégicos del negocio. Todos tendrán asumida la competencia servicio al cliente. El esfuerzo y el trabajo individual, conducirán al resultado de la unidad y sumarán en el global de la organización. Se deben respetar las individualidades, en un marco de libertad personal, sin olvidar el bien común. Para ello, es evidente que una buena comunicación y comprensión ayudará a mejorar los procesos de trabajo.

Gestionar los conflictos y diferencias culturales en un marco de respeto, conociendo las aptitudes y talentos de los demás puede llegar a conseguir un resultado idóneo para todos los componentes de la unidad. Los directivos deben orientar, comunicar y ayudar a descubrir el talento de cada uno. El directivo, encargado o responsable de una sección es esencial, para poder comprender e interpretar la labor de conjunto que se realiza con un objetivo común. Los malos directivos no entienden los fracasos de personas que con talento no alcanzaron los éxitos en algunas organizaciones. La relación de convivencia, compañerismo y respeto convierten a la organización en una vivencia personal, donde el equipo en un marco de respeto y profesionalidad puede alcanzar niveles extraordinarios.

Escuchar los talentos individuales en un marco de excelencia. Pongamos el talento individual al servicio de toda la organización. Reflexionemos sobre nuestras vivencias y sobre las vivencias pasadas. Aportemos valor a nuestras acciones y ayuda a las personas que precisan orientación. Esfuerzo y constancia nos ayudará a centrarnos en nuestra zona de influencia. Pongámonos manos a la obra y maticemos en esos momentos, ¿Cuáles fueron los valores que nos llevaron al éxito?

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