El cliente debe confiar en el restaurante que le sirve y este restaurante utiliza todas las técnicas de preparación e higiene que el moderno conocimiento y las tecnologías le han puesto a su disposición y, que la Administración considera como seguras en consideración a los conocimientos científicos validados, que hoy en día agrupan a todos los de la UE, dando lugar a unas directrices comunes de seguridad.
Entre estas directrices está la de los aditivos: sustancias naturales o de síntesis que actúan como componentes de ayuda (a la conservación, al sabor, al color, a la estabilidad, a la textura…) de los alimentos según el caso, y nunca para encubrir cualquier deficiencia. No es obligado su uso, pero el uso de los aceptados en la UE y en sus dosis es absolutamente legal y comprobado estrictamente que no son nocivos. Pero la UE también reconoce, con el soporte de las Asociaciones de Consumidores, que el ciudadano debe conocer lo que come y, que este conocimiento es necesario en caso de alergias individuales y recomendable en general, ya que el correcto conocimiento genera confianza.
Vengan estas reflexiones, válidas en cualquier momento y lugar, como un aporte equilibrado a la pugna mediática entre cocineros estelares. La tradición en el uso de aditivos es larga, y la ciencia ha validado los correctos. Los ciudadanos deben confiar en ello al igual que confían en la seguridad de las comunicaciones o de la medicina. Necesitan también confiar en los alimentos elaborados en las empresas de productos envasados y en los restaurantes. No hay que criminalizar ninguno de sus componentes si su status, uso y dosis es legal, ni, sin criminalizarlo, esconderlo vergonzosamente. En este sentido nos sentimos identificados con las declaraciones que sobre este motivo realizó el pasado 28 de mayo, Félix Lobo, Presidente de AESAN (Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición).
Por otro lado, el campo de actuación de la Fundación Triptolemos abarca todo el hecho alimentario, del cual la gastronomía es un aspecto importante pero parcial. Al otro lado de nuestras costas, en Roma, recientemente FAO ha estado debatiendo el aumento constante del coste de los alimentos y la hambruna mundial. Tenemos que procurar, en una visión global, que ciertas discusiones no devengan interesadas y bizantinas (Bizantina. Dicho de una discusión: baldía, intempestiva o demasiado sutil- Diccionario esencial de la legua española-Real Academia Española .Madrid 2006).
