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Segundas partes que fueron buenas: regresa Casa Chelis

Como todo tiene su ciclo de vida, treinta años después, su promotor, el empresario hostelero José Luis Iglesias, ha querido actualizar la oferta de servicios para los clientes de ayer y hoy con, de nuevo, Casa Chelis y, ahora, la Martinera, locales próximos y con acceso independiente, pero que combinan la exigente demanda actual de los que quieren ir a un gastrobar y después a una coctelería.

En esta ocasión Jose Luis Iglesias, que ya ha explotado siete restaurantes, cuenta con el apoyo y colaboración de su hermano Lino, bregado en otros lares hosteleros de Australia, EEUU y Japón y que en Barcelona es conocido por sus iniciativas en el ocio nocturno y en la cocina oriental (restaurante Izakaya).

De este modo, en el gastrobar, que bien podría formar parte de las ambientaciones de las novelas de Ruiz Zafón, la carta ofrece productos de mercado, tapas y guisos clásicos pero con las técnicas de la cocina creativa de vanguardia. No en vano, los Iglesias cuentan con la experiencia de Robert Pascual Guillén, que regentó el Arigó, mientras que La Martinera será dirigida por el barman y mixólogo Miguel A. Palau.

Coctelería
Los amantes de selectos cócteles, encontrarán el que lleva el nombre del local y que es un Martini tratado con piedra volcánica siciliana macerada en vermut seco, presentado en copa de Martini chiller y acompañado de aceituna macerada también, en vermuth seco.

Casa Chelis se incorpora a la oferta de market-restaurant con una sección corner de productos para llevar o para comer in situ, denominada La Paradeta y donde especialidades de todo tipo estarán al servicio del comensal para su degustación en el propio local o fuera de él. Allí se ofrecen desde ostras del Rosellón, hasta una amplia gama de montaditos, ahumados, embutidos, conservas, quesos y un pan a la altura de ellos: el de la panadería Crustó.

La decoración ha sido desarrollada por Ester Iznájar, formada en la escuela Elisava, materializándose su trabajo tanto en el diseño gráfico de los logos como en la selección de materiales y mobiliario de decoración.

Los Iglesias han sabido recuperar el pasado para triunfar en el presente, con el fin de que a su vieja y fiel clientela se le añadan nuevas capas, más jóvenes, que buscan vivir y soñar en una Barcelona de los años cincuenta, más propia de un película de blanco y negro que de las actuales en 3D. JRN

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