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Viajes de incentivo Una escapadita hacia la motivación

Los llamados viajes de incentivo, que se suelen organizar colectivamente para trabajadores con cierto nivel de responsabilidad en cualquier tipo de empresa, son percibidos por estos como recompensa por un trabajo bien hecho; pero sus promotores no deben olvidar que representan una ocasión de oro para implicarles en unos objetivos comunes y motivarles. En el sector, las cadenas Abrasador y O Mamma Mía han comenzado recientemente a organizar actividades de este tipo con resultados alentadores.

Ambas compañías organizan todo lo referente a viajes de incentivo desde sus departamentos internos de recursos humanos o administración, recurriendo en ocasiones a agencias de viaje, consultores de formación, etc… pero existen auténticos especialistas que se adaptan a las demandas y se encargan, si así lo requiere la empresa, de todo: transporte, alojamiento, actividades,… Una de ellas es Tumejorviaje.com. Su director, Rafael Company ofrece una definición de “viajes de incentivo”: “Suele relacionarse con la organización de viajes como premio para equipos comerciales o como acción promocional dirigida a los clientes de la empresa, pero también pueden consistir en actividades de ocio para los empleados, que normalmente estos no realizarían de forma individual. Estas últimas estarían a caballo entre la motivación y el incentivo”. Y dentro de este último tipo se podrían encuadrar los casos de Abrasador y O Mamma Mía.

Lo que también dejan claro los especialistas es que dentro de las metas estipuladas a la hora de organizar estos viajes, caben múltiples posibilidades y variaciones en función de la inversión que se pretenda realizar y del público que disfrutará del viaje. La opinión de Company al respecto es que “Este tipo de viajes se suelen relacionar con un gasto alto, cuando la mayoría de las veces se consiguen muy buenos efectos con una cuidada selección de viajes cercanos en los que hay mucha variedad para adaptarse a presupuestos: desde una estancia en un balneario, visita a un parque temático, ruta del vino, crucero en un velero,…”.

Jugar en equipo
La parte de formación puede entenderse en estos casos como cursos sobre aspectos de gerencia, habilidades, charlas sobre motivación; o como dinámicas de grupo o lo que llaman team building, con fuerte componente lúdico. Por ejemplo, Gymkhanas o actividades por equipos en la naturaleza. La compañía Sierra de Pedraza, con sede en Navafría (Segovia), está especializada precisamente en turismo de aventura y naturaleza enfocado a empresas. “Normalmente vienen empleados de altos cargos en grupos de unas diez personas. Es un premio al cumplimiento de determinados objetivos”, recalca Ángel B. San Juan, el gerente de la empresa, quien explica además que “siempre incluyen formación – a veces a cargo de un consultor -, también tiempo libre, comidas, cenas, etc…”.

De acuerdo con el director de Tumejorviaje.com, “las actividades de ocio son muy apropiadas para la cohesión de pequeños grupos y el complemento ideal para combinar con reuniones departamentales, mejorando de esta forma la imagen de la empresa, el espíritu corporativo y la comunicación”. Ellos han organizado desde cursos de buceo, a rutas del vino, cenas con traje de época,… dentro de un determinado viaje.

Por su parte, Sierra de Pedraza suele organizar jornadas de rafting, piragüismo, marchas por la montaña, etc… o también visitas a urbes como Toledo o Alcalá de Henares, donde, como un juego de orientación por equipos, se les entrega a los participantes un plano de la ciudad y se le hace buscar ciertas localizaciones a cada grupo. Pero, en ocasiones las peticiones de los clientes van por otros derroteros: visitas a los fiordos noruegos, cruceros por el Mediterráneo… (www.omammamia.com)(www.sierradepedraza.com) (www.restaurantesabrasador.com) (www.tumejorviaje.com) l
Elia García

Abrasador
En la cadena toledana de restaurantes Abrasador saben muy bien que la percepción que los trabajadores tengan de la empresa está directamente relacionada con su rendimiento laboral. La enseña, que actualmente posee ocho restaurantes, valora mucho la asistencia (voluntaria) de los empleados de los locales propios y franquiciados a los cursos de formación en habilidades profesionales o empresariales que organiza. Así que cuando los ciclos finalizan, se realiza una entrega de diplomas a los alumnos que lo han completado – más o menos una vez al semestre – y se les incentiva a que vuelvan a esforzarse con una escapada de dos ó tres días. “En julio estuvimos dos de los directivos de la empresa con los veinte chavales que recibieron el diploma en Alicante (personal de base). Fuimos a Terra Mítica, a la playa, a un restaurante de arroces,…”, explica Julio Ramírez, el director general de la enseña toledana. En este caso la meta primordial es alentar a encargados, camareros y cocineros a recibir formación previa. Una vez en el viaje, esta parte se obvia, y se otorga total protagonismo al entretenimiento.

También señala Ramírez como objetivo de los viajes, el crear un clima de diversión y asociacionismo. Hay que tener en cuenta que en ocasiones al ser cadenas de franquicias distantes geográficamente, los integrantes de la misma no se conocen entre ellos. Y la reacción de los participantes suele ser positiva, indica Ramírez: “Lo pasamos bien y si logramos que vengan una vez, repiten”.

O Mamma Mía
En Amici Mei, grupo especializado en comida italiana y dueño de la enseña O Mamma Mía, la formación sí tiene un papel fundamental durante el viaje. “Estoy totalmente de acuerdo con los viajes de incentivo, pero si no van acompañados de algo más, probablemente estemos perdiendo posibilidades de que la gente se sienta parte de la empresa”, dice Albert Gelfí, director del recién creado departamento de recursos humanos.

De momento, estas actividades están planificadas para que a medio plazo se realicen con una periodicidad de tres meses. Las sesiones didácticas que se llevan a cabo en los viajes suelen incidir más en “habilidades y actitudes que en contenidos. No se trata tanto de explicar la pirámide de Maslow, como de poner en práctica dinámicas de simulación de casos o realizar juegos que se parezcan a casos reales, en equipo, y que sean de utilidad (…) Se trata de que el gerente de Málaga trabaje con el cocinero de Melilla y que al final cuando hablemos del restaurante de Sierra Nevada, podamos poner caras”.

Para mayo – adelanta – la cadena está preparando un viaje de cuatro días para unas treinta personas, sobre todo cocineros, a Alba (Italia), el lugar donde el grupo tiene la fábrica que surte de platos de pasta a su nuevo concepto Mamma Ristretto. Por descontado que habrá visita a la factoría del grupo más una visita a la ciudad y su entorno. “Las visitas a fábrica, la formación,… Esto a veces no es más que una excusa”.

Hasta ahora, se han llevado a cabo en el grupo una decena actividades de este tipo, una de las últimas en Málaga, donde está la sede central de la enseña. En ellas, la formación soporta el mayor peso, pero se le otorga además, mucha importancia a las comidas, a las cenas, e incluso a las copas que le siguen.

Al ser acciones relativamente nuevas, se ha empezado por gerentes, directores y encargados como receptores de estos incentivos, aunque a medio plazo, Amici Mei espera ampliar el espectro hasta alcanzar a los más de doscientos empleados de la cadena dispersos por toda la península, tanto en restaurantes propios como en franquiciados “que vemos con una proyección importante en la empresa”, especifica Gelfí. La firma cuenta actualmente con once de los primeros y diecinueve en régimen de franquicia.
“Si entendemos que el personal es uno de los principales valores de la empresa – argumenta Gelfí – tenemos que volcarnos en ello”. Y continúa, “el principal objetivo que tenemos, que es que empiecen a sentir que forman parte de una empresa grande, se está cumpliendo. Que te hagan ver que estás en una empresa de más de treinta años con más de trescientos empleados. Es fundamental sentirse orgulloso de eso”.

Se entiende que este tipo de incentivos, igual que en Abrasador, forman parte de un programa más amplio que incluye otro tipo de alicientes, sobre todo económicos.

Y continúa el director de recursos humanos del grupo diciendo que “una pizza servida por un trabajador satisfecho tiene mejor gusto que otra servida con desgana”.

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