Lo que les hace diferentes y originales es su filosofía cien por cien sostenible y biológica.
El joven empresario de origen argentino Guido Weinberg es el responsable de este nuevo local, ubicado en una de las zonas con mayor tráfico de Barcelona (Rda. Universitat, 20, junto a la plaza Catalunya), y lo define como una evolución de sus anteriores locales. “Éste es un restaurante con supermercado. Aquí, el cliente se encuentra con un concepto que emula los mercados, con sus diferentes paradas y en cada una de ellas su equivalente en tienda y en restaurante”, explica el empresario. Efectivamente, el Woki Organic Market emula los puestos de comida callejera y de mercado que podemos encontrarnos en cualquier parte del mundo.
Paradas de mercado y tiendas bío
Un corner con productos ecológicos de la panadería Baluard (capitaneada por Anna Bellsolà) da la bienvenida al cliente, que seguidamente se encuentra con una bocadillería-cafetería. Enfrente, toda una estantería con productos bio para preparar en casa un desayuno o merienda ecológica (cafés, tés, cereales, pastas, etc.). Después, una barra de woks, una de sushi, una barra de pasta fresca (que se elabora a mano en el propio local y con materia prima biológica), una barra de ensaladas, y una de hamburguesas y patatas fritas. Y entre estas barras de bar, estanterías con frutas y verduras ecológicas y de Km 0 (el proveedor es un campesino de la zona); aparadores y neveras con carnes y lácteos ecológicos (las carnes provienen de ganaderías ecológicas del Pirineo); estanterías con salsas y condimentos bio… Incluso hay una sección de productos de limpieza y belleza. “La idea es que, poco a poco, podamos ofrecer una gama tan amplia de productos, que el cliente pueda hacer toda la compra semanal en nuestro local”, apunta Guido Weinberg, quien añade que “el tema orgánico representa una vuelta a las raíces, a los sabores de siempre, pero nosotros somos contemporáneos, urbanitas y eso es lo que queremos transmitir con nuestro local”. De ahí que el restaurador haya elegido un lugar tan céntrico, una zona que se nutre de turistas, estudiantes (está a 200 metros de la Universidad de Barcelona), oficinistas… “Necesitábamos ubicarnos en un sitio muy céntrico porque nuestra oferta no está pensada para las familias, sino para un comensal que quiere comer sano pero de forma rápida, o que quiere llevarse la comida a la oficina o que antes de irse a casa, se compra cuatro cosas para hacer la cena en casa”, añade Guido Weinberg.
El empresario quiere poner al alcance del comensal una oferta auténticamente bio, (el 98% de los productos son ecológicos), y para ello, incluso se encarga de importarlos directamente. “Todavía es muy complicado conseguir algunos alimentos bio, porque, aunque España sea uno de los principales productores de alimentos biológicos, la mayoría se va al mercado exterior, por lo que, aunque sea una contradicción, tenemos que importar productos que sabemos que se elaboran aquí”, se queja el empresario. Sea como sea, su esfuerzo no sólo es conseguir estos productos, sino poderlos ofrecer a precios asequibles. “Somos conscientes de que los productos bio son algo más caros, pero nosotros ajustamos al máximo los márgenes para ofrecerlos a precios asequibles”, señala Guido Weinberg. De hecho, los precios oscilan entre los 5,50 € y los 7,80 € el plato de pasta cocinado o entre 10 € y 20 € el kilo de pasta fresca; y entre 6,50 € y 8 € las hamburguesas y, 12 € y 15 € los entrecotes.
Decoración sostenible
El local también sigue la filosofía de lo bio y de lo orgánico, por eso, ha sido decorado con mobiliario reciclado. Emilio Lecuona (del estudio Lekuonastudio) firma la dirección artística y el arquitecto Xavier Rodríguez, el interiorismo. Los muebles y complementos de la firma barcelonesa Arxe (que comparte local con el Woki Organic Market) visten los casi 400 m2 del mercado-restaurante. Se trata de muebles realizados a partir de materiales recuperados, delantales de linos antiguos reciclados 100% naturales y objetos reutilizados. En total, el establecimiento da cabida para unos 90 comensales sentados, entre las barras de bar y la zona de mesas. “Aunque puedan compararnos con el concepto de Dean & Deluca, nosotros vamos más allá, somos más modernos, porque ese concepto hace dos décadas que funciona –explica Guido Weinberg-. Prefiero que nos comparen con el supermercadismo anglosajón, donde se mezcla la restauración con la venta de alimentos, algo que es totalmente lógico, comprar donde comes y al revés”.
El futuro de la restauración bio
Guido Weinberg no descarta que haya nuevos locales con este mismo concepto, aunque no tiene todavía un plan de expansión definido (está buscando localizaciones). De hecho, desde que llegó a España ha ido evolucionando, empresarialmente hablando, de forma tranquila pero incesante. Guido Weinberg, que en su país natal ya se había dedicado al sector de la restauración (regentó una cervecería con elaboración propia), llegó a Barcelona la década pasada y empezó a trabajar en le Grupo Tragaluz. Pronto se independizó y en 2008 abrió su propio local: Woki Market, un take-away en el barrio de la Barceloneta. El segundo fue un supermercado ecológico que también ofrece comida para llevar y servicio a domicilio. Situado en una finca antigua del barrio de Gracia que data de 1886, el local destacó desde un principio por una calidez y tranquilidad difíciles de encontrar en las grandes superficies. Y la tercera propuesta se encuentra en el barrio del Borne, donde se mantiene el mismo espíritu que el resto de proyectos.
Guido Weinberg siempre apuesta por una oferta bio, pero sabe que, hoy por hoy, sólo es una moda, por lo que no cree que llegue a ser un movimiento masivo. “El mercado alemán, que nos lleva años de ventaja en la oferta de restauración biológica, sólo ofrece un 5% de restauración bio, por lo que, aquí en España, no creo ni que lleguemos al 1%. Para crecer en este ámbito nos queda mucho camino por recorrer y nos hace falta romper muchos hábitos y tópicos, aunque los jóvenes cada vez están más concienciados y eso es un plus. Todos están cansados de comer cosas sin sabor y anhelan los sabores de siempre, los que nos dan los productos ecológicos”, comenta el empresario. “El problema, sin embargo –añade- es la distribución. Hasta que no se arregle el tema de la distribución de productos bio en España, no crecerá el sector y lo bio seguirá siendo marginal”.
JIsabel Acevedo
