En la entrada del local, se encuentra la barra, de madera oscura, contrastando con el vivo azul de las paredes, donde cuelga una pizarra con los pintxos del día, todos elaborados en el momento y cuyo precio oscila entre los tres y los cinco euros. Se pueden encargar para llevar.
En el piso superior se encuentra la sidrería vasca. Cuatro mesas y sus correspondientes bancos corridos invitan a compartir la comida; tampoco faltan dos barriles para los ‘txot’ de sidra (tradición de abrir un barril y beber toda la deseada), a 6 euros, y para acompañar esta típica bebida, las raciones más tradicionales de la región a un precio medio de 9 euros. También existe la opción de decantarse por uno de los menús, que oscilan entre 30 y 40 euros por persona, e incluyen cuatro tapas más el postre.
En esta misma planta pero situado a la izquierda, está el restaurante propiamente dicho donde se sirve una cocina tradicional vasca con platos elaborados a partir de recetas de toda la vida. La carta de vinos cuenta con cincuenta referencias. l RN