La start-up española especializada en cocinas ciegas, Cuyna, nació en septiembre de 2020 y ha sido apoyada por Lanzadera, la aceleradora de startups de Juan Roig. La empresa empezó con una primera ronda de inversión de 1 millón de euros y en mayo ha cerrado 1,5 millones de euros adicionales, que serán destinados a financiar su expansión por España y reforzar su modelo de franquicia digital.
Esta empresa emergente combina en su actividad dos modelos de negocio que facilitan la expansión de los restaurantes. Por una parte, ofrece el alquiler de espacios de cocina optimizados para delivery y, por otro lado, una franquicia digital cuya operativa está asumida por el personal de cocina de Cuyna, de tal manera que el restaurante no tendrá que aportar sus cocineros.
Actualmente, son muchas las marcas de restaurantes que cuentan con Cuyna para su crecimiento. Estos restaurantes provienen de todo el país (La Cachapera, Hula Poke, Pizzería del Poble, Lamburguesa, entre otros) y gracias a la start-up ahora sus elaboraciones se pueden pedir a través de diferentes plataformas de delivery como Glovo, UberEats, Deliveroo o Just-Eat, así como a través del canal propio de Cuyna.
Las raíces de Cuyna
El proyecto comenzó en septiembre del año pasado de la mano de Jaime Martínez de Velasco, quien también fue miembro fundador de Deliveroo España en 2015 y “Head of Deliveroo Editions Spain” desde enero de 2017. Jaime es uno de los máximos responsables de la creación de las primeras dark kitchens de España y ahora ve en las cocinas ciegas una nueva tendencia.
“Ya antes del primer confinamiento el 10% de los pedidos a domicilio de Madrid salían de cocinas ciegas; y esto solo va en aumento. Vemos una tendencia clara en el sector Horeca a separar el delivery con infraestructura dedicada”, indica Jaime, CEO de Cuyna.
Su primera ubicación se situó en la ciudad de Valencia, donde se operan hasta 8 marcas para delivery. En este mes de junio, Cuyna se expande y empieza a operar en Ventas, Madrid. Este nuevo espacio cuenta con 550 metros cuadrados, 20 cocinas optimizadas para delivery y otras facilidades como salas de descanso para los cocineros y muelle de carga para repartidores. Para los próximos meses se prevén nuevos lanzamientos de Cuyna en Madrid (Manoteras y Paseo Imperial), Barcelona (Sant Gervasi), Málaga y Murcia.
Pensando en una buena convivencia
Para la start-up española esta expansión de su negocio conlleva también una buena convivencia con todos los agentes involucrados, desde los restaurantes, cocineros y repartidores que hacen posible su actividad, hasta los vecinos de la zona.
Por eso se alejan del concepto de dark kitchens y deciden crear un espacio en el que se prima la comodidad de todos, con áreas sociales y de descanso. Para que su actividad no tenga un impacto negativo en las comunidades de vecinos colindantes, Cuyna ha instalado en este nuevo espacio salidas de humos a cubierta, filtros de olores y cuartos de basura interiores.