Desde hace ya tiempo, el interiorismo y la decoración son aspectos fundamentales en los restaurantes en España. Y cada vez más empresarios recurren a profesionales para que les ayuden a que sus clientes disfruten de la comida, o de la copa, en un espacio armónico, cálido y original.
Me gustaría hablar de la iluminación y el color – dos elementos esenciales en el interiorismo “puro y duro”- y de los espejos, un recurso decorativo que se interrelaciona con los primeros, y puede darnos mucho juego en el acabado final de nuestro local.
La iluminación
Sin duda es el factor más importante, por supuesto detrás de los puramente funcionales, ya que puede salvar y potenciar la decoración más pobre o destruir la más elaborada. Excepto en zonas de trabajo como cocinas, se debe huir siempre de las luces blancas a favor de las luces cálidas, tanto en la iluminación general, que debe ser suave y preferentemente perimetral, por medio de apliques o candilejas; como en la iluminación puntual, de haz más concentrado, que destaca elementos decorativos concretos, y que sí permite la iluminación cenital y el uso de lámparas colgantes o de pié.
En cuanto a la intensidad de luz sobre los comensales, debe ser suficiente para poder leer la carta, pero sin deslumbrar ni resultar excesiva.
Los colores
En paredes y techos, el color es el otro factor que va a condicionar totalmente el resultado final de nuestro trabajo, ya que pueden absorber o reflejar la luz que hayamos elegido. Los colores cálidos siempre van a resultar más envolventes y agradables, y curiosamente, los tonos oscuros, siempre dan buen resultado cuando la luz natural es escasa y ayudan a crear mucha más sensación de ambiente sin necesidad de introducir demasiados elementos decorativos.
Los espejos
Simplemente una pared en gris oscuro con un aplique hacia el techo, otro justo debajo hacia el suelo y un espejo grande, vertical, apoyado en la pared que refleje la luz, ya crea un rincón especial. El espejo es un elemento decorativo que bien utilizado da mucho juego.
No a espejos gigantes que ocupen toda una pared. Sí a espejos verticales apoyados en el suelo, o apaisados por encima de la línea de visión del comensal sentado, incluso mosaicos de espejitos rotos, velas delante que reflejen la luz….
Mil y una soluciones diferentes que darán ese toque especial..l
