Y es que enero y febrero son meses duros para la hostelería. Pero, pese a ello, el mercado es lo suficientemente maduro como para permitir innovar al segmento de cafeterías y para que un producto como el té, con largo camino por recorrer, observe crecer su demanda, gracias a que sus operadores destacan por sus originales formas de preparación, presentación y, por supuesto, calidad; aunque pertenezca a la amplia lista de productos procedentes de canales largos.
Canales en entredicho como consecuencia de la aparición de puntos débiles en los principios que sostiene a la trazabilidad como garante de su seguridad alimentaria y que deben desaparecer de inmediato, con el fin de no crear desconfianza en el seno de la demanda de consumo alimentario.