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Helados italianos hechos aquí y ahora

En España ha aterrizado recientemente de la mano del masterfranquiciado Solonaturale, con interesantes planes en la cabeza. Ya hay dos tiendas abiertas, y para 2010 se prevé un mínimo de tres más
La sociedad limitada Solonaturale ha sido quien ha traído la marca a nuestro país, como masterfranquiciado. La pionera, se estrenó en mayo, en Alcobendas (Madrid), y es propiedad de esta sociedad; mientras que la segunda, en la calle Santa Engracia de Madrid, funciona desde el pasado mes de agosto en régimen de franquicia. Al margen del masterfranquiciado, existe desde hace años una heladería familiar, sin más pretensiones, de La Romana en Tenerife. Nada que ver con los planes de Bruno Porchietto, el impulsor de la idea y socio de los dos puntos de venta madrileños, mucho más ambiciosos. Para 2010 espera que se abran como mínimo tres tiendas más en Madrid, y “entrar cuanto antes en otras capitales”. Prosigue, “es un concepto franquiciable, pero hay que tener cuidado con lo que hacemos. Hay que controlar. Por eso prefiero que haya dos tiendas menos, pero mantener el espíritu de la marca. No arriesgar la calidad por una expansión agresiva”, determina. Piensa que no existía en España un concepto equiparable al de La Romana, algo que llama la atención: “En Italia lógicamente hay mucha tradición de helados de calidad, pero en España, un país con mucha tradición gastronómica, donde se come bien, nos chocaba que no existiesen helados de altísima calidad”.
Dos días de vida
Los pilares básicos, son muy sencillos, como manifiesta Porchietto. El producto se elabora en cada tienda y se vende dentro de las 48 horas siguientes, sin colorantes ni conservantes añadidos. No cuentan con producción centralizada que obligue a congelar el helado para su transporte. “Los heladeros preparan los helados en las propias tiendas al momento con ingredientes de primerísima calidad. Los no perecederos proceden de Italia, el chocolate es belga y los frescos son españoles,, pero de lugares donde nos garantizan la calidad. Por ejemplo, usamos leche fresca La Colmenareña y los helados de fruta sólo los hacemos si es temporada de esa fruta en concreto. Sino, preferimos no hacerlos”, asegura Porchietto. Estos tienen mínimo un 30% de fruta fresca.
Los helados tienen una media del 7% de grasa y se realizan con una máquina que también se importa de Italia, marca Carpigiani. Cada tienda dispone de un amplio espectro de sabores que van variando cada día. Del país de la bota proviene también el mobiliario, de aire moderno pero acogedor.
Los empleados, que ahora mismo son seis en cada tienda (en distintos turnos), reciben una formación inicial por parte del masterfranquiciado. Para abrir una franquicia se necesita una inversión inicial que oscila entre 100.000 y 150.000 euros para reestructuración, decoración del local y maquinaria, más otros 10.000 euros de cuota fija (consultoría, training…). Los responsables estiman que en año y medio esta inversión se ha recuperado, a un ritmo de facturación media anual de 250.000 euros.
(www.heladerialaromana.es)

Los helados son para el verano…
y para el invierno

Y para demostrar que el helado no es un producto de temporada, La Romana ha presentado una colección otoño-invierno con seis variedades, a las que en Navidad se une el Panettone relleno de helado.

Helados calientes: Se combina el helado con nata y con ingredientes como la vainilla de Madagascar y el cacao de Bélgica. El resultado es un helado semifrío, de ahí su nombre.
Fagotto: La versión de La Romana del famosos “tartufo” italiano; una bola de helado de chocolate negro con trocitos de chocolate belga y un corazón de crema de chocolate.
Fuera de horario: Monoporciones en las que se mezcla el tradicional helado con crema dessert más caliente que cubren de topping de avellanas de Piamonte y chocolate fundido. Se puede consumir en la tienda o llevar a casa.
Crepes: Se les añade el helado.
Palitos: Helado en varios sabores mezclado con nata fresca. Una vez frío se le pone un “palito” para sujetarlo y se sumerge en chocolate caliente. Se puede tomar andando por la calle como si fuera un polo.
Cioccolata calda: Chocolate caliente a la taza a base de cacao y leche fresca. Con tres sabores: chocolate negro, chocolate y avellanas del Piamonte, y chocolate y café arábica.

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